AL TRASLUZ
En la tormenta
YA TIENE cierto periodismo su excusa para iniciar otra interminable campaña de los cuchillos largos; tampoco es que las necesite, pero ahora lo hace exultante. El pesimista interesado siempre vaticina que todo saldrá mal, pero cuando sale bien nunca rectifica, simplemente, te remite a otro futuro. Rajoy está ante una de las situaciones más importantes a las que se ha enfrentado en la oposición. Pero dar la talla de líder no es asumir las estrategias de quienes le llaman «maricomplejines» , o hablan de «derecha cobarde». El presidente del PP ha de utilizar toda su caballerosidad política, una de las cualidades que le admiten incluso quienes no le votan. Sin renunciar por ello a exponer su propio criterio, debe huir de todo oportunismo; ningún titular justifica un golpe bajo. Independientemente de que se estuviera de acuerdo o no con dialogar con los terroristas, la mayoría desea que prevalezca la unidad de los partidos ante tan vil ataque. Votos a cualquier precio...no. El Gobierno ha intentado mediante el diálogo terminar con el terrorismo, no fue posible. Cuando Zapatero habló de suspensión de las conversaciones ¿acaso no estaría haciéndolo con calculada prudencia para ganar tiempo y proteger a quienes podían encontrarse en peligro? Exijamos información, pero entendiendo que ciertos datos no deben ser difundidos con cornetín. Es repugnante que unos manifestantes llamen asesino a Zapatero, como lo fue ese mismo insulto aplicado a los populares cuando nuestras tropas estaban en Irak. El presidente del Gobierno declaró ayer que dará lo mejor de sí, creámosle. Para algunos es la hora de las conspiraciones. Para muchos más es sólo la hora de la majestad en el dolor. En la tormenta ves quién sabe navegar. Y la ética es la brújula