EL ANÁLISIS
Dos atentados
¿DERECHOS HUMANOS? El 1 de enero inició su andadura la Agencia Europea de Derechos Fundamentales, en Viena. Sustituye al Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia (EUMC). Su misión será doble: velar por el cumplimiento de los derechos fundamentales en los Estados de la UE y en los candidatos a ingresar (ejemplo, Turquía), y emitir opiniones para elevar la conciencia pública sobre asuntos relacionados con el respeto a dichos derechos. El año nace cargado de trabajo en materia de derechos civiles. El Gobierno español debería solicitar la más dura condena a los dos últimos atentados. El primero, un estruendo terrible -que algunos pudimos escuchar en Madrid- nos pareció un mal sueño, y nos transportó al luctuoso 11-M. Los 800 kilos de explosivo de ETA han causado 19 heridos y, salvo milagro dos muertos. Ni HB, ni Arnaldo Otegui, lo han condenado ¿Reaccionarían igual si uno de los fallecidos fuera acólito del fanatismo que defienden? ETA es un problema supranacional, un tumor para la UE-27. Ha sobrevivido a Franco, a los GAL, y al intento de acercamiento y posterior acoso policial de Aznar. Finalmente, los etarras y su mundo abertzale se han «pasado por el forro» el talante de Zapatero. Euskadi -la autonomía con mayor soberanía política y económica de Europa- no avanza hacia la democracia. Es el último reducto de intolerancia, donde no existen libertades individuales. ¿Creen que un ciudadano podría pasear libremente por San Sebastián con una bandera constitucional de su país, España? La cuestión no tiene dudas para el caso inverso de un pro-Batasuna con una ikurriña en otras ciudades de España sea Vigo, León o Madrid. El presidente del Gobier95no les tendió la mano, y un día después de su declaración institucional, le han escupido en ella. Para luchar contra del terrorismo de las bombas y la kale borroka sólo queda la unidad nacional -con el apoyo de Rajoy- e incrementar la lucha policial y judicial. Algún día habrá que negociar, pero el punto de partida será diferente. La comunicación global nos ha «homenajeado» con otro atentado: el salvaje ahorcamiento de Sadam Husein. El tirano acabó linchado al estilo del Oeste. El suní Saddam -ex «aliado» de EEUU en su guerra contra los ayatolas de Irán- ha terminado sus días tras una pantomima de juicio (con 3 abogados asesinados) y una sentencia a la medida del primer ministro iraquí, el chií Nuri al Malikí. La antropofagia no se combate comiéndose al antropófago. Sadam será un nuevo mártir y aliento de la lucha fratricida entre suníes y chiíes. Las atroces imágenes y SMS de mal gusto hablan por sí solos. La UE-27 y Angela Merkel a la cabeza deben recuperar el liderato en los derechos humanos, por algo nos llamamos europeos.