Gracias señor Madina

El penúltimo día de 2006, fue noticia: «Una mujer de 67 años da a luz en el hospital de San Pablo de Barcelona, tras una fecundación in vitro»: Este hecho, vendido como un éxito de la ciencia, que, a no ser por el grave atentado de ETA ocurrido el mismo día, hubiera sido portada de todos los medios escritos (ya lo fue de los audiovisuales), me parece que bien merece una reflexión. Hay que recordar que la mujer a esta edad ha llegado a la menopausia; se trata, por tanto, de un caso de fecundación heteróloga, es decir, los óvulos procedían de una mujer donante. A parte de eso, que la mujer de avanzada edad pueda engendrar, representa un hecho biológico extraordinario con grave riesgo. Implica, también, el compromiso en la educación de los hijos engendrados, tarea nunca fácil y hoy particularmente difícil. Ahora, la sociedad se encuentra en rápida y profunda evolución, y la distancia cultural entre generaciones es enorme, como si hubieran pasado siglos. Los hijos gemelos nacidos en Barcelona de una madre de 67 años, cuando tengan 13 (inicio de la adolescencia), verán a su madre con 80, una mujer que podría ser bisabuela, con problemas y desventajas que se intuyen. ¿No constituyen estos hechos, una violencia a la naturaleza? Las víctimasson, sobre todo, los hijos. Se pretende satisfacer un capricho femenino y no se duda en pisar los derechos de otros, los hijos. Es tanta la superficialidad y la ruindad moral de algunos, que acceden a cualquier cosa con tal de ganar dinero o fama. ¿Se imaginan el drama de los dos gemelos adolescentes cuando se encuentren con una madre de 80 años que no es su madre biológica y posiblemente sin padre? ¿Es lo que queremos para las nuevas generaciones? Jesús Domingo Martínez (Gerona) 1397124194 Ley, vino y bebidas alcohólicas Escribo esto precisamente hoy, 31 de diciembre. Con respecto al debate sobre el proyecto de Ley a nivel nacional, aun compartiendo la gravedad del problema, no comparto las medidas propuestas para erradicarlo. El borrador de Anteproyecto no cubre los objetivos, y al contrario presenta al vino incluido en el conjunto de las bebidas alcohólicas, se marginan los comportamientos asociados al consumo de las bebidas alcohólicas (siguiendo el modelo aprobado por la Ley del Tabaco), y se renuncia a conseguir la recuperación de modelos de consumo preventivos y moderados mediante la educación. La Ley no debe marginar ni ocultar el consumo, sino fomentar, la educación en un consumo moderado, responsable e inteligente, responsabilizando de ello a los padres y tutores de los menores. Las autoridades públicas españolas, deben contemplar el consumo del vino y las pautas de comportamiento asociadas al producto como elementos positivos para una política de salud pública y educación. Por otra parte, pienso que las palabras de la ministra de Sanidad están fueras de lugar y muestran un desconocimiento de lo que realmente es el vino. Domingo Martínez Madrid (Baños de Valdearados. Burgos). Rafael Álvarez (León; edición digital).