La batalla de Washington

EL MENSAJE dirigido ayer por Bush al pueblo norteamericano sobre Irak es la clásica última oportunidad de un presidente para enmendar el rumbo hacia el desastre y, para un comandante en jefe, la de prevalecer sobre las dudas de sus generales. En ambos registros, Bush trabaja ya sin red: perdió el referéndum sobre Irak que fueron las legislativas de noviembre debió aceptar que en Irak no perdemos ni ganamos, lo que quiere decir que se pierde y llevó a un increíble 27 por ciento de aprobación (sondeo Ipsos de diciembre) su gestión del conflicto. Ha relevado a sus mandos militares, hostiles al envío adicional de tropas y convencidos de que la crisis remite a una solución política interna, no a una militar de importación. Se resignó a la dimisión de Donald Rumsfeld, que debió aceptar mucho antes, y ahora ignora completamente la recomendación clave del Informe Baker-Hamilton: regionalizar la solución hablando con todo el mundo mientras se retiran las tropas de combate para el primer trimestre de 2008. En la nueva estrategia hay un intento tácito de aproximación al plan Baker; se dice que para noviembre se habrá podido transferir la responsabilidad de la seguridad a los iraquíes en todas las provincias, lo que convertirá a los soldados norteamericanos en una especie de fuerza de reserva para emergencias. Y se reducirá el número de bajas que ahora podría aumentar con la mayor visibilidad de los refuerzos en las zonas calientes: Bagdad y al-Anbar. Detrás del plan de la Casa Blanca hay lo que parece el último asalto del gran combate entre los neocons que impusieron la guerra y los demás, desde la mayoría del público a la escuela política y diplomática de los llamados realistas. No hay mayoría en las cámaras para imponer una legislación vinculante a la Casa Blanca (que puede vetarla) pero ¿cómo ignorar una eventual resolución del Congreso que diga, sencillamente, que se opone al envío de más tropas y que pida un calendario para ir terminando la guerra? La gran batalla final sobre Irak ha comenzado¿ pero se dará en Washington no en Mesopotamia.