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León

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Señor alcalde de Chozas de Abajo, con fecha 6 de agosto le envié una carta con el ruego de que tuviera a bien informarme de la situación en que se encontraban los servicios de la calle Valleancho en cuanto a la luz y pavimento ya que entonces y ahora sigo interesado en adquirir una casa en dicha calle para habilitarla con mi familia y empadronarme en Cembranos. Le rogaba me informara de la posibilidad de dotarla de luz y asfaltado pues en estos tiempos no se entiende caminar sin luz y pisando barro. Parece ser, por la carta publicada el pasado 21 de diciembre en el Diario de León, y firmada por la presidenta de la Asociación de Vecinos de Cembranos, una de las razones que usted aduce y que parece no es verdad es que las cinco viviendas y el refugio con sus números de identificación oficial en sus fachadas están fuera del casco urbano: dos están a menos de 200 metros de su residencia. La señora presidenta denuncia que su negativa es en represalia clara hacia su persona y a un vecino de la dicha calle Deportivo por reclamarle y exigirle una buena gestión como alcalde, a ella como presidenta y a él como miembro crítico de la asociación de vecinos a favor del pueblo de Cembranos. Un servidor, como persona muy interesada en que su mandato como alcalde del Ayuntamiento de Chozas de Abajo se prolongue en las próximas elecciones sería bueno y democrático que usted saliera en defensa de esas críticas y en bien de nuestro partido y que en la prensa de esta ciudad públicamente explicara el porqué de las denuncias de la presidenta de la Asociación de Vecinos de su pueblo y de la señora que le está reclamando reiteradamente por la prensa de León la devolución de sus escudos heráldicos. Señor alcalde, estamos a la vuelta de las próximas elecciones municipales; demuestre a la dirección provincial del PP su talante democrático. Son comprensibles todas las dificultades que existen para hacer una película sobre un hecho histórico. Pero una cosa es importante, es más, imprescindible, y es la fidelidad a los datos históricos. Todo este preámbulo es para hablar sobre la película Natividad que se refiere al hecho más importante que ha sucedido en la historia, el nacimiento de Jesús de María Virgen. He de confesar que la fui a ver con ilusión porque me habían dicho que era muy buena, y lo que me encontré fue algo muy distinto. Empieza la película llamándole la atención a María por, al parecer, no ser responsable con el trabajo por el cual le pagaban. ¿En qué se funda el director cuando la Virgen no tuvo mancha de pecado alguno? Históricamente anterior a la Anunciación, fueron los esponsales de la Virgen con San José. Parece que el director desconoce que los esponsales eran el casamiento, de forma que aunque no habitaran todavía en la misma casa, sí que podían hacer vida de matrimonio. Sin embargo, en la película se hace entender que San José temió que la Virgen fuera lapidada por su pueblo como adúltera, cosa imposible porque, como dice el Evangelio, estaba casada, y solamente San José podía pensarlo, ya que no había cohabitado con ella. Y, de hecho, es a él y solamente a él a quien se le aparece el ángel para quitarle todo género de dudas. Más tarde en Belén figura el parto de la Virgencon muy poca veracidad, en mi opinión, porque lo pone con grandes dolores, cuando no debió ser así, ya que el parir con dolor es un castigo a Eva y sus descendientes por el primer pecado, y la Virgen es llamada Inmaculada concepción porque fue concebida sin pecado original, por lo tanto su parto no tuvo que tener dolor. Hay otras carencias fundamentales como la alegría de la Virgen, su bondad, su preocupación por los demás pero, sobre todo, algo de espiritualidad; es una película que está filmada «al ras del suelo». Comprendo que estos argumentos sólo interesan a los católicos pero las películas históricas deben ser veraces, y ésta no lo es. No deberían hacer negocio falseando un hecho tan importante. María Victoria Palop Molto (Madrid). La Escuela Municipal de Música y Danza -Seminario Mayor- está sin calefacción desde hace más de una semana. Es lamentable el desprecio que el alcalde y el concejal de Cultura muestran hacia la ciudadanía y, en particular, a niños, niñas y profesorado que soportan el frío sin saber cuándo llegará el gasóleo. Y más triste es que la ciudad esté resignada a la chapucería política. José L. Encinas (León) Rosa (León).