Diario de León
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FERNANDO DE ARVIZU
León

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DECÍA en mi anterior Tribuna que para los socialistas y para Zapatero en especial, cuando hay dificultades la receta es siempre la misma: se echan las culpas al Partido Popular y se saca lo de la guerra civil. El pasado debate sobre política antiterrorista ha sido una lamentable muestra de ello: con el mayor cinismo se ha dicho que si la política del gobierno no fructifica, es culpa de la oposición. Se le ha acusado al PP de falta de apoyo al gobierno -¿qué clase de apoyo dio el PSOE al gobierno del PP desde el 11 M?- y aunque no se le hizo responsable de los atentados, poco faltó. Esto ocurrió en Madrid, pero en provincias existen las mismas maniobras de inculpación del adversario por los políticos socialistas. No hace falta ir muy lejos: en León tenemos manifestaciones que van por esa línea, que en estos momentos tienen una grandeza patética aunque, en sí mismas consideradas, no se tienen de pie. Empezaremos por las declaraciones del diputado en el Congreso señor Turiel, quien echó la culpa al Partido Popular de que el gobierno de Zapatero no haya eliminado los peajes de las autopistas leonesas. Es como para partirse de risa. Aún recuerdo al diputado cuando era presidente de la Diputación afirmar -como si se tratase del profeta Ezequiel- que jamás se terminaría la autovía León-Burgos. Se equivocó de medio a medio en sus negros vaticinios, aunque todos salimos ganando. Pero vamos a lo que importa: ¿quién hizo la promesa de eliminar los peajes de las autopistas, no sólo de León sino de toda España en la pasada campaña electoral? Zapatero ¿Por qué lo hizo? Eso ya da igual, pero es evidente que no era una promesa del PP. A lo mejor debía haberse sentado a pensarlo antes, porque las deudas hay que pagarlas y los plazos en el horizonte no perdonan. Pero sí que hubo buenos millones de euros para redimir peajes... en Cataluña, que ahí está la madre del cordero: el Estatuto catalán compromete las inversiones del Estado en Cataluña con el dinero de todos, también de los leoneses. Y Carod sostiene a Zapatero en Madrid. Verde y con hojas... Es el análisis del presidente Lucas, a quien hay que recordar una vez más por su clarividencia. El gobierno socialista -decía Lucas- divide a las comunidades autónomas en: políticamente necesarias y a ésas, todo. Políticamente afines: a ésas todo lo que se pueda sin enfadar a las necesarias. Si encima, como en Cataluña, son a la vez afines y necesarias, ni les cuento. Y por último las políticamente indiferentes: como Castilla y León, a ésas ni agua (véase los fondos europeos de este año, los han podado con segadora) Y encima los socialistas de aquí tienen que sacar pecho y decir que todo va muy bien o, como Turiel, que no son responsables de una promesa que hicieron ellos bajo su exclusiva responsabilidad. Pues por hacerla son responsables de su incumplimiento y de haber votado en contra en el Parlamento: ésa es la verdad. Si después de dos años y medio de gobierno no se hacen las cosas, la culpa es del que gobierna y nada más, lo demás son milongas. Segundo ejemplo. El ex concejal socialista Miguel Alejo, hoy delegado del Gobierno en la Comunidad, ante la evidente falta de policías nacionales en León, cargó igualmente las tintas contra el anterior gobierno. Pongamos las cosas en su sitio. El agradecimiento de los ciudadanos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no ha sido puesto en duda por nadie, pero es que yo aún voy más lejos que el Delegado: con unos medios de antes del diluvio, sin chalecos antibalas y con coches que no andan ni pueden hacerlo, cumplir con el deber es algo heroico, hay que reconocerlo y felicitarles por ello. Dicho esto, de poco vale que nos anuncie que vienen policías en prácticas o que a nivel nacional se han creado tantos o cuántos puestos: no es ésa la cuestión, sino que después de dos años y medio no han hecho nada por cubrir esas deficiencias y que, de no ser porque el asunto ha saltado a la luz pública, es muy de temer que las cosas hubieran seguido como hasta ahora. No sé si el despliegue de Fuerzas de Seguridad en Cataluña con motivo de los asaltos a chalets habrá influido en la situación. Pero aunque allí tienen desplegados a los Mossos d'Esquadra -que no han demostrado gran competencia en la tarea- no se puede desvestir a un santo para vestir a otro (es un refrán, no me refiero al conseller catalán de gobernación, amigo de los okupas) Después de dos años gobernando no se puede uno escudar en supuestas deficiencias heredadas, pues los ciudadanos les han puesto ahí para que resuelvan problemas y no para que inventen excusas. Los problemas de seguridad no son secundarios y no sólo aquí, aún recordamos lo bien que se protegió al presidente Herrera en la campa de Villalar. Lo de la pedrada en la cabeza de una señora que estaba en la trayectoria no ha pasado, por lo que se ve, de la consideración de mera anécdota. Por último otra perla, esta vez berciana. Apenas acallado el eco de las declaraciones de un alto cargo del gobierno socialista en el sentido de que la Ciudad de la Energía no generaría la riada de empleos que en su día se anunciaron, el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Ponferrada ha acusado al PP de boicotear el proyecto. La cosa merece un pequeño comentario. Desde el famoso Consejo de Ministros del 2004, el gobierno y sus terminales están anunciando proyectos para León que, o bien no pasan de esta fase o son algo bastante más modesto de lo que en su día se anunció. Si la Ciudad de la Energía se malogra no será -desde luego- por la no cofinanciación de la Junta de Castilla y León, por más que resulte curioso anunciar proyectos con el «yo hago y tú pagas» sin contar con el socio. No, hasta tal punto está comprometida la Junta con León y con el Bierzo en particular, que ha ofertado gratis terreno para construir el Inteco, pero el gobierno socialista lo ha rechazado, prefiriendo adquirirlo previo pago de su importe y bien caro, por cierto. La ministra Espinosa juega muy bien al «yo recorto y tú pones más» con los fondos de agricultura. Pero por las fotos parece que le costaba creer en lo que decía. Zapatero se ha empeñado en hacer como el filósofo alemán que decía: «si las ideas contradicen a los hechos, peor para los hechos». Eso vale pala la filosofía no para gobernar. Pese a lo que él ha querido desde el principio del mal llamado proceso de paz, ETA ha acabado por dinamitar media terminal de Barajas y poner encima de la mesa dos muertos, pobres inmigrantes ecuatorianos a los que sorprendió la muerte más injusta que hubieran podido tener. No es así, desde luego, como se rectifican las cosas, ni tampoco maquinando qué se hace para volver a engañar de nuevo y a marginar al principal partido de la oposición. Lo primero es rectificar el rumbo llevado hasta ahora, que convirtió la lucha antiterrorista en una política de partido. De esto trataremos más extensamente en otra ocasión.

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