Diario de León
Publicado por
ANTONIO NÚÑEZ
León

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PERDÓNESE la fonética del título, pero se entiende a la primera, como cuando las chavalas de ahora le cuelgan el móvil al primer amor en un sms barato: tqlgo , que significa «te cuelgo». Y pista. Con el tiempo he llegado a entender la gramática parda de las nuevas generaciones, así que ayer quedó tranquila la madre de mi niña. «La cosa no es grave», le dije, «porque, si no, hubiera escrito qlgat , que significa cuélgate», se supone que ya iba siendo hora. A ver si nos aclaramos. En la manifa de León contra el terrorismo de ETA daba gusto ver las pancartas y la gente diversa que había. Se ve que aún somos de pueblo y no como en Madrid, donde entre esemeeses del PP y ZP se sobrentendía a favor de Josu (PéPé Ternera, en euskaldún) o ZetaPaz. Una segunga manifa que le abrillantó a uno los charoles del alma este fin de semana fue la de los tres mil guardias civiles de tricornio, que pedían ser desmilitarizados al grito de «Zapatero, embustero». Coño, no haberse presentado voluntarios. Esta demostración de la fuerza pública se podía haber evitado y, en su defecto, mejorado mandando maderos antidisturbios a dispersar picoletos . De joven soñaba yo con eso, o a la inversa, y es probable que aún lo vea, según mi compadre el gitano, el cual, cada vez que lee en el periódico las pifias del Gobierno de Zapatero no puede reprimir un «ja, chacho...». Lo que menos esperaba también estos días es que las águedas de La Bañeza hicieran procesión en el entierro de mi madre Mónica con el bastón de la Santa, que guardó como oro en paño mi tía Felisa, la de Trapote, desde la República hasta bien muerto Franco. Se conoce que no se fiaba ni de los unos ni de los otros, que entre todos mataron a la familia, incluído su padre, que era mi abuelo. A la muerte se la espera unas veces de larga enfermedad dolorida y otra viene sin ton ni son, como en las guerras inciviles, pero siempre da que pensar. Las noticias dicen ahora que el Gobierno sigue negociando con ETA, así que vaya un pésame profesional para los supervivientes: familia no hay más que una y a Zapatero lo encontramos en la calle.

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