Cerrar
Publicado por
ALFREDO VARA
León

Creado:

Actualizado:

QUE UN tipo de la catadura de Ignacio de Juana pueda salir en libertad pone los pelos de punta a cualquiera. Hay que hacer un gran esfuerzo para pensar en los derechos humanos de una persona (?) que ha asesinado fríamente a 25 ciudadanos y ha tenido la gélida capacidad de afirmar aun que «sus lloros son nuestras sonrisas y terminaremos a carcajada limpia». Que alguien así haya estado a punto de salir a la calle tras cumplir unos ínfimos 18 años de los 3.000 que sumaban las condenas que le impuso el tribunal revela la existencia de un enorme boquete en unas leyes pensadas para delincuentes con posibilidades de reinserción social y no para asesinos que siegan por la espalda vidas de personas que estaban ayudando a construir una sociedad más justa, con una premeditación y alevosía merecedoras de todas las agravantes que pueda contener el Código Penal. Tratar de rellenar el enorme hueco con la precipitación de unas acusaciones por delitos siempre menores en comparación con los que llenan el historial de este elemento produce una sensación de chapuza y da lugar a escenificaciones como la de la huelga de hambre que estáprotagonizando hasta debilitar, al parecer, extremadamente su salud. Habrá que buscar fórmulas para salvaguardar los derechos humanos de quien jamás tuvo en cuenta los de sus víctimas, pero evitando la burla que significaría cualquier apariencia de trato de favor para quien sólo merece toda la repulsa social posible. Y aplicarse con rapidez a rellenar con rigor los huecos por los que puedan colarse injustificias flagrantes como la que benefició a De Juana Chaos. Sólo desde un estricto sentido de la justicia pueden construirse alternativas de futuro. Una condición inexcusable será lograr el aislamiento y la asfixia social de quienes defienden la violencia para imponer sus ideas.

Cargando contenidos...