CUARTO CRECIENTE
Mezquita de la discordia
LAS ORGANIZACIONES religiosas cristianas británicas, fundamentalmente las anglicanas, están desarrollando una gran actividad en la zona del «West Ham» de Londres. No es que hayan iniciado una campaña proselitista para reavivar la fe de los menos practicantes ni tampoco para captar nuevos adeptos sino que se han enfrascado en una batalla mediática contra lo que consideran una grave amenaza. Y es que con la financiación de una oscura, hermética y multimillonaria organización islámica, llamada «Tabligui Jamaat» se ha presentado el proyecto «Abbey Mills», en las proximidades del área donde se erigirá la villa olímpica del 2012, para la construcción de la mayor mezquita de toda Europa. El complejo diseñado por el estudio de jóvenes arquitectos «Mangera Yvars Architects» está definido como un «jardín islámico» en Londres con una extensión de 50.000 metros cuadrados y una capacidad, una vez rematado, para 40.000 fieles. Se ha demostrado que la «Tabligui Jamaat», pese a definirse sólo como una entidad piadosa, está vinculada con los terroristas suicidas del 7 de julio, Mohammed Sidique Khan y Shehzad Tánger, al haber financiado su viaje de «formación» a Pakistán. No puede sorprender pues que, su asentamiento en Londres con este complejo, sea causa de gran inquietud. Hasta la asociación de amigos sunnitas de New Ham ha manifestado su temor de que su presencia radicalice aún más a los jóvenes musulmanes y enrarezca el clima de convivencia. En segundo lugar, la atracción que un complejo de esta envergadura ejerce sobre la comunidad musulmana se aprecia en la masiva adquisición de terrenos en la zona cuando el proyecto todavía no ha obtenido las licencias pertinentes. Difícil discernir si es un caso más de islamofobia, de precaución o de ambos en la cosmopolita Gran Bretaña.