CON VIENTO FRESCO
León, sin Escuela pero con Museo
ME IMAGINO que las declaraciones de Rodríguez Ibarra, presidente de Extremadura, en las que se jactaba de haber logrado para su comunidad la escuela de pilotos, no las hizo para meter el dedo en el ojo de los leoneses, especialmente de sus correligionarios socialistas, sino que simplemente trataba de barrer para casa; es decir conseguir, pese a que él no se presenta en las próximas elecciones, votos para su partido. Al fin y al cabo se trata para él de una estupenda noticia el hecho de que el gobierno central haya elegido Talavera la Real y no León como sede de la escuela de pilotos, porque no sólo se formarán en ella cada año nuevas promociones sino porque, al parecer, en el paquete de la concesión irá también un acuerdo con CASA, que supondrá muchos puestos de trabajo para Badajoz. León, una vez más, se quedará a verlas venir, y la Base Aérea de la Virgen del Camino camina, valga la redundancia, hacia su paulatina reducción hacia la nada, o hacia su musealización. También me imagino la cara que se les habrá puesto a los socialistas leoneses, especialmente a Francisco Fernández, candidato a la alcaldía de León, al escuchar esas declaraciones. Pues, para más inri, Rodríguez Ibarra achaca que tal concesión fue gracias al leonés Rodríguez Zapatero. «Aznar, señaló con regocijo el político extremeño, apostó por León y Zapatero por Extremadura» y, por si no fuera suficiente, añadió que «para la región se abre una nueva puerta con la industria aeronáutica gracias a la apuesta del gobierno central por Extremadura y no por León, como deseaba José María Aznar». Es verdad que éste prometio la escuela de pilotos y no cumplió su promesa; pero también lo prometió Zapatero como una de las medidas del Plan Oeste y tampoco lo hizo. Éste pudo haberla traído a León pero prefirió Extremadura. No sé si Talavera la Real reúne mejores requisitos que La Virgen del Camino, aunque lo dudo. Esto lo hace Zapatero en año electoral como ayuda a su amigo y candidato Francisco Fernández. No creo que haya sido por esa razón por la que el presidente del gobierno no pudo asistir a la inauguración del Museo de León el pasado jueves; parece que fue porque se lo impidió la terrible nevada caída sobre la Meseta y León, lo que le imposibilitó aterrizar en La Virgen del Camino. De todos modos se libró de una buena, en la base entre los militares, contentos ellos, y en la ciudad entre sus propios compañeros de partido, que me imagino que no estarían para muchas fiestas. Lo hizo la ministra de Cultura, Carmen Calvo, que vino un día antes, sin nevada, y que arremetió sin contemplaciones contra los que le criticaron que el apoyo a la pulchra leonina, a la que le han caído un par de gárgolas durante las Navidades, no supera las subvenciones recibidas por algunas malas películas españolas. También estaban en el acto el presidente de la Comunidad, del que depende el museo, y otros miembros de su gabinete, que, con el ministerio de cultura, son los que han puesto el dinero para que, por fin, la provincia de León cuente con un museo moderno. Sin duda el museo, creado en la segunda mitad del siglo XIX, ha necesitado de un buen local para exponer sus muchos y valorados fondos, y lo ha encontrado en la rehabilitación, obra de Andrés Lozano, de los viejos almacenes de Pallarés, lugar céntrico y con espacio suficiente para salas de exposición permanente y temporal, biblioteca y demás servicios. También se ha necesitado mucho dinero y la labor de muchos tècnicos para poder instalar en él los miles de piezas que guarda en sus fondos, pero sobre todo ha sido preciso un buen proyecto museográfico. Me consta que la empresa Empty encargada de la instalación, lo ha tenido fácil pues ha contado en su director, Luis Grau, con un experto entusiasta, que lo tenía todo perfectamente diseñado, que sabía lo que quería exponer, y sobre todo cómo habían de exponerse las más de dos mil quinientas piezas, para que, con ellas, los visitantes puedan tener una cabal idea de lo que ha sido la historia de León. ¡Sea enhorabuena!