La «vereda» de Carbajal
¿Cómo una disputa entre dos chicas, una latina y otra española en torno a una cancha de baloncesto, seguida de una riña entre sus respectivas parejas, puede dar lugar a un episodio grave de violencia protagonizada por decenas de jóvenes con una deriva de xenofobia con impacto social?. ¿Vivimos un estado de esquizofrenia latente? No. Simplemente se dan las circunstancias y un incidente actúa de catalizador, como ya ha sucedido con anterioridad en Villaverde, Tarrasa, El Ejido.. , en cada lugar desde su singularidad específica. Tras la inicial reyerta, cada joven recurrió a «sus colegas», muchos de ellos insertados en agrupamientos juveniles violentos, uno llamó a sus «latins», otro recurrió a «raperos, grafiteros...»; los primeros llegaron armados con cuchillos, catana, pistola simulada..., los segundos con puños y otros enseres...; los primeros, puñal en mano causaron al menos tres heridos, uno muy grave, con seis puñaladas; en total siete detenidos acusados de intento de homicidio, todos ellos menores. Al día siguiente una convocatoria general contra los «latins» reúne a lo más aguerrido del lugar y de otras proximidades, entre ellos muchos antisistema y antifascistas. La concentración de un millar de jóvenes, con capuchas y caras tapadas, acaba en un execrable intento de cacería de latinos, con pintadas y sms xenófobos y presencia de «bakalas» y ultras. Las turbas se hicieron notar en Alcorcón. Pero eso no sucede de la noche a la mañana, este episodio de violencia se produce tras un hartazgo de muchos jóvenes por numerosos incidentes delictivos protagonizados por macarras asociados a las denominadas bandas latinas. Sin embargo la respuesta revela que también existen otros grupos de jóvenes autóctonos dispuestos a la violencia, así como el fino sentido de la oportunidad de los grupos ultras y xenófobos para contaminar e impulsar sus mensajes contra la inmigración. Todo ello evidencia que el problema de los grupos urbanos de jóvenes violentos, sean latinos, neonazis o antisistema, es un problema real que puede culminar, incluso, en un enfrentamiento de todos contra todos durante los próximos días, en una escalada que ha provocado un despliegue policial sin precedentes en la ciudad. A todo esto los medios de comunicación con su tratamiento espectacular han acabado animando el problema, los violentos son los protagonistas. Los representantes institucionales tampoco han estado a la altura. Minimizar el problema, negar la evidencia, división política, reproches... todo lo que no desea una ciudadanía con sentido común que siente miedo, confusión y no digamos los inmigrantes, convertidos en objeto de odio para la ocasión. La bronca de Alcorcón obliga a preguntarse por los problemas de convivencia y delincuencia juvenil, por los sectores jóvenes en marginalidad y la indolencia ins titucional al respecto, por la deficiente integración de jóvenes inmigrantes y por los problemas de la segunda generación, por los grupos urbanos de jóvenes violentos, por los límites punitivos.... y por la siguiente ciudad que lo podrá padecer, porque tras este episodio vendrán otros. Mientras tanto, paliativamente, esforcémonos en no vivir otro drama. Esteban Ibarra (presidente del Movimiento contra la Intolerancia). Escolástico Almarcha (León).