Merluzos a la vasca

SI LA JUSTICIA no es un cachondeo, como decía antaño Alfonso Guerra, por lo menos le falta un herbor. Va ya para dos semanas que la Audiencia nacional condenó a veintitrés chavales de Jarrai, las angulas de ETA para que se entienda, oído cocina, y se han fugado diecinueve: a los otros cuatro no hizo falta detenerlos porque ya estaban trincados en comisaría por la quema de cajeros bancarios la noche anterior. Algunos estaríamos dispuestos a jurar, y hasta pondríamos la mano en el fuego, juicio de Dios, como diría el reverendo ex jesuita Arzallus, que hubo un chivatazo. También el otro jueves no excarcelaron por poco al etarra De Juana Chaos, que está en huelga de hambre y dicen que un tanto enflaquecido. Será por el peso de los veincinco muertos que carga en la conciencia después de descargar el cargador, coño qué alivio, del peso del alma patriota. Y ayer mismo el lendakari Ibarretxe convocó una manifestación contra los jueces que le han acusado de negociar con ETA, ya sea como compinche, cómplice o gilipollas, porque otras calificaciones no tiene. Respecto a De Juana uno echa de menos un presidente del Gobierno con pantalones, tal que la dama Margaret Tatcher, cuando le comunicaron que los presos del IRA también adelgazaban de huelga de hambre en las mazmorras británicas. «¿Es que allí no hay comida?», inquirió milady. Luego invitó a los ministros al té de las cinco, sin rehusar ninguno. Con la venia de sus señorías de la Audiencia lo de los chavalotes de Jarrai también tiene arreglo. Al que más y al que menos se le fuga en la adolescencia un hijo descarriado, ya sea por la novia, por las notas escolares o por deporte, según Rubalcaba. Cómo cogerlos es sencillo: en la Biblia se explica que basta con esperar al hijo pródigo, pero, según mi padre, sobraban quince días para que servidor llamara a casa de estudiante y saber por dónde andaba: «no te preocupes», solía consolar a mi madre», «ya llamará cuando necesite dinero». Así nos criamos todos y el que diga lo contrario, miente. Menos los jarrais, que tienen beca.