PANORAMA
El atentado de Eliat
DESPUÉS de nueve meses sin atentados terroristas, Israel volvió a sufrir uno en Eilat, donde un hombre-bomba se causó la muerte y la de tres civiles en una panadería de la ciudad y, tal vez, mató de paso la posibilidad de reactivar rápidamente el sedicente «proceso de paz». De inmediato se produjo el habitual problema de distinguir la coloración política del autor porque, simultáneamente, reivindicaron la autoría la Yihad Islámica y las Brigadas de los mártires de al-Aksa, un grupo del que, inmediatamente, se indica que está afiliado a al-Fatah, el partido del presidente Abbas. Esta vez la confusión es aún mayor porque, antes que nadie, una llamada reclamó la autoría para un pretendido, y desconocido, «Ejército de los creyentes». Todo esto indicaba, en cualquier caso, dos cosas: que Hamas no está relacionada y el gobierno, como si tuviera prisa en dejarlo claro, indicaba en seguida que, casi con seguridad, Al-Qaeda no está implicada. La red terrorista no ha podido perforar el cordón de seguridad israelí y los palestinos han impedido que aterrice en Gaza, pero ha rondado en torno. Por el sur lanzó, sin causar daños, un misil desde el aledaño territorio jordano y, desde luego, tuvo que ver en los gravísimos atentados en el Sinaí egipcio vecino, donde hoteles que reciben turistas israelíes sufrieron tres atentados muy sangrientos. La reacción oficial fue profesionalmente comed Si la autoría fuera de los mártires, eso sólo confirmaría lo sabido: su afiliación formal con al-Fatah, el gran partido nacionalista palestino no implica necesariamente obediencia a la conducta moderada y negociadora del presidente Abbas. Hamas, por su parte, que rehusó condenar en su día el atentado de Tel Aviv, hace lo propio ahora: lo juzga como la «respuesta natural» frente a los «crímenes israelíes». La conclusión es sencilla: si el proceso de paz está moribundo y la poca voluntad israelí de resucitarlo es un hecho, la muerte de los tres vecinos de Eilat hará más difícil su reactivación. La agenda de los gobiernos puede estar ocasionalmente en manos de los terroristas.