El centro en los Estados Unidos

EL PRIMER ministro iraquí, Nuri al Maliki, recibió a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, sin que los iraquíes dejaran de votar con los pies, alejándose a millones de todo cuanto pueda hacer por ellos el mencionado primer ministro. Hay muchas maneras de expresar que un país es inservible, y una de ellas es el número de cuantos lo abandonan. La gente se va de Irak porque el Gobierno de Maliki no sirve para protegerla. Y si el país no puede darse otro Gobierno mejor, lo que tenemos entonces es un país incapaz de arriba abajo y de izquierda a derecha. El argumento del presidente Bush para permanecer en Irak es que las cosas están muy mal, pero no tan mal como po drían ponerse en cuanto se retiraran las tropas de los Estados Unidos. Es un argumento razonable, tan razonable como el de cuantos se manifestaron el viernes pasado en Washington para pedir la retirada de las tropas. Son los argumentos de la derecha republicana y de la izquierda demócrata, a los que se podría añadir la contundencia de hechos tan obvios como el ataque chií con morteros a una escuela suní y el ataque suní con bomba a una línea de minibuses frecuentada por chiíes. Entre el sectarismo ideológico y el panorama de un país al que no se le puede exigir nada, porque la irresponsabilidad primera es la de su Gobierno, Nancy Pelosi ha ido a buscar en Irak la posibilidad de una perspectiva desde la que trazar alguna suerte de política de centro desde la que salvar la cara. Cuenta para ello con una minoría republicana que considera a Bush un presidente apestado, y con una corriente bastante estable en el Partido Demócrata, alejada de cuantas extravagancias podría exigir la izquierda de ese partido. La suma de esa cuenta es poca, pero bastante si lo que el adversario ofrece es un sumatorio de derrotas ante el que la verdadera cuestión es cómo hacer más llevadero y sugestivo el reconocimiento del fracaso para, a partir de ahí, salir de la malla de intereses y corrupciones en la que anda sumido Irak. Es el tipo de operación que siempre se hace mejor desde el centro que a partir de los extremos.