El Trío Dinámico

LLEVÁBAMOS algún tiempo sin saber gran cosa de ese ideal del caballero cristiano que es José María Aznar y, la verdad, se le echaba de menos. Pero su regreso al primer plano de la actualidad ha resultado todo un alarde de pirotecnia intelectual. José Luis Perales ya tiene por fin respuesta a la eterna pregunta que gravitaba sobre su canción, y ahora ya sabemos a que dedica su tiempo libre el señor Aznar. En primer lugar, tal como confesó él mismo en un arrebato de sinceridad, al noble arte de hablar catalán en la intimidad. Y en segundo término, a repasar libros históricos que, tras pasar por su aguda trituradora mental, sirvan para poner a parir al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, ese maléfico personaje que bien podría ser la última reencarnación de Satán Sus últimos desvaríos sobre nazis y etarras han servido para que un enjambre de opinólogos se dedique a diseccionar el estado psicológico del gran José María Aznar, según su versión un hombre ciertamente acomplejado tras esa inesperada derrota electoral que tanto ha dado que hablar. Otros afirman, sin más, que se le va la pinza, lo que explicaría la melena de conspirador que se ha dejado y esa imagen de mozo sesentero en busca de emociones fuertes. Se rumorea en ciertos cículos sociales de Madrid que ha solicitado ingresar en el Dúo Dinámico, para encargarse de tocar la bandurria y dar saltos igual que el gracioso de la tuna. Pero Manolo y Ramón no parecen estar por la labor, más que nada porque pasarían a llamarse el Trío Dinámico, lo que suena a peli porno. Sea como fuere, quedamos a la espera de la nueva andanada profética de Aznarías, todo un referente filosófico y moral del estado de la nación.