Alfombra roja en Las Médulas

SE QUEJABAN algunos de la farándula madrileña porque la alfombra para los premios Goya era verde y no roja. Aquí, en este Bierzo patrio, a los políticos se la ponen roja. No me malinterpreten. Me refiero a la alfombra. Y eso, casi sin venir a cuento. El otro día viajó a Las Médulas el presidente de la Junta y también el presidente de Endesa; y para colocar la primera piedra de un edificio que ya tiene hecho parte de los cimientos, pues eso, alfombra roja sobre barro. También me fijé en un detalle, y créanme cuando les digo que allí, junto al lago de Carucedo, en la carpa para el acto protocolario, alguien había colocado pétalos de rosa seca dispersados sobre una mesa con velas. ¡La leche!, oigan. Estoy seguro que ni Herrera, ni Pizarro pidieron, -como haría el príncipe de Zamunda o algunos vulgares de la escena-, alfombra roja y pétalos de rosa. Pero ya ven, los que se encargan del protocolo, los que les rodean en estas historias, llegaron a la conclusión que, en efecto, lo que mejor pegaba aquel día de frío rural era eso. Y no creo que precisamente esa escenografía fuera obra del alcalde de Carucedo, que llevaba camperas negras y concluyó su discurso con la lapidaria frase fraguista, «Y no tengo más que decir», después de decir más bien poco. ¡Cuánta fanfarria inútil! Los políticos a veces se dejan llevar por estas cosas, o más bien no reparan en ellas. O si reparan, lo ven como el que abraza o da la mano a un maniquí de escaparate. Pero la gente que asoma la nariz a estos eventos, seguro que sí. Si no, que se lo pregunten a los vecinos de Carucedo cuando vieron alfombra roja en su pueblo sobre el barro rojizo. Como «¿casi?» estamos en campaña preelectoral, seguro que veremos unas cuantas escenas como esta a partir de ahora. Política de carpa y canapé. Nada. Eso sí, cuantas más carpas y canapés, más obras. En el Bierzo la maquinaria de los partidos ha salido del letargo. Se avecinan las elecciones municipales y autonómicas. A las redacciones de los periódicos llegan más comunicados basura de los habituales. Y eso, para opinar de lo que sea, aunque no se tenga ni puñetera idea de ello y la agenda la marque una actualidad puramente oportunista. El caso es estar en la pomada mediática. Si no estás, no eres nada. Y por eso te insulto y grito, y levanto la voz más de lo que sería correcto, y te llamo de todo menos bonito, porque algunos de estos políticos mal educados ya le han cogido el tranquillo a lo de que calumniar y expulsar basura les sale gratis a los ojos de la justicia. Yo no soy nadie para moralizar sobre la materia. Cada uno sabe lo que tiene que hacer, pero lo único que planteo a mis lectores es que tengan los ojos abiertos y el oído alerta para tomar la decisión que mueve montañas: el voto en la urna. En estos últimos días hubo movimientos políticos que tendrán consecuencias. Por ejemplo, el ex alcalde Ismael Álvarez no se presentará a las elecciones de Ponferrada. El actual alcalde respira ya tranquilo. Pero, quienes como el PSOE, -paradojas de la política-, veían a Álvarez como su tabla de salvación para romper la mayoría absoluta del PP, tendrán que buscar otra fórmula. Atentos, comienza la contienda.