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León

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Nunca he conocido a nadie que conociera a alguien al que le gustaran tanto los niños como a mi padre. Yo tengo la teoría de que cualquier persona que realmente ame a los niños es una buena persona. Deme, era una persona excepcional con un gran sentido del humor y una memoria prodigiosa. Fue un buen ciudadano, una persona sencilla, con unas firmes convicciones religiosas y un pequeño eslabón más dentro de su ciudad, contribuyó con su esfuerzo personal a la creación de su empresa, Muebles Deme, y cuidó de su niña Irene (su mujer), enferma de alzhéimer, hasta el último suspiro. Un hombre ejemplar, uno de tantos, que pasó por este mundo, sin hacer ruido, regalándonos su luz como el relámpago de uno de los versos que le gustaba recordar cuando comparaba el ensordecedor trueno con la banalidad del mundo: «... en ti se fija la idea de que nuestra humana ralea siempre en el error fascina, apreciando lo que vocea y despreciando lo que ilumina». Demetrio Pérez Fernández falleció el 30 de enero del 2006, hace ya un año. Deme era mi querido padre. Descansa en paz. José María Pérez Alvarez. ( León) S eguimos igual que hace un tiempo en el Centro de Salud de Benavides de Órbigo en lo que se refiere a la consulta de pediatría: saturación de pacientes y una sola pediatra y su enfermera, menos mal que tanto una como la otra son unas grandes profesionales y están haciendo todo lo humanamente posible por atendernos como es debido sin escatimar esfuerzos, porque de lo contrario estábamos listos. Vaya desde aquí para ellas y una vez más mi enhorabuena y mi agradecimiento, un sobresaliente muy alto. Y un cero patatero para los que deberían poner cartas en el asunto y solucionar el problema de una vez por todas trayendo otra pediatra de apoyo que es absolutamente imprescindible en este centro. Es una verdadera vergüenza y una tomadura de pelo lo que nos están haciendo, lo digo sinceramente y con total convecimiento, mi más enérgica y airada protesta por esta situación que estamos sufriendo y que nos tiene con un cabreo de agárrate viendo pasar el tiempo y que no se le pone remedio. Exigimos que, de una vez por todas, se solucione este problema porque de esta forma no podemos seguir eternamente. Anselmo A. Martínez Acebes (Veguellina) E ste último mes lo he pasado en el Hospital de León, en la planta 8ª del Virgen Blanca. Mi marido al final no ha podido con su enfermedad, pero durante este mes el comportamiento de todo el servicio de Hematología del citado hospital ha sido exquisito. Con estas líneas quiero agradecer el trato que hemos recibido día a día. Cuando un familiar querido se nos va el dolor es inmenso, pero es mucho más llevadero cuando siempre hay una sonrisa, una profesionalidad admirable, una sensibilidad insuperable y en definitiva un buen hacer en el día a día. Gracias a la jefe de Hematología, la doctora Moro, gracias a todos los doctores, gracias a todo el personal, enfermeras, auxiliares, personal de limpieza; me habéis ayudado a vivir estos momentos de una forma mucho más serena. Que Dios os siga ayudando en vuestro trabajo, de la misma forma que vosotros ayudáis a los enfermos y sus familias. Mi agradecimiento lo tendréis siempre, y el de mi marido desde el cielo. Gisela Joppien Saint Pau (León) Carlos Deo (León).

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