De frutería a Palacio Real de León

LOS LEONESES y las leonesas somos parte de una historia de más de dos mil años. Desde el asentamiento de la Legio VII Gemina hasta la ciudad del siglo XXI que tenemos que construir cada día, pasando por su época de mayor esplendor político y cultural: la medieval. León fue el centro político de la monarquía leonesa; germen y origen del actual estado democrático español. Callejeando por esta ciudad, y analizando las sucesivas etapas históricas, descubrimos ejemplos monumentales y arquitectónicos de todas las épocas. Cada nuevo hallazgo enriquece nuestro ayer y abre retos para el presente y el futuro. Uno de los ejemplos es el Palacio del Conde Luna. Declarado Monumento Histórico Nacional el 4 de junio de 1931, supuso, en su momento, un espléndido ejemplo de arquitectura italianizante, inspirado en los palacios renacentistas italianos. Cuando Francisco Fernández llegó a la alcaldía en junio del 2003, este palacio se convirtió en una de nuestras principales preocupaciones en materia de patrimonio. Se encontraba en un estado ruinoso tras años de abandono por los equipos de gobierno anteriores del Partido Popular. Nos pusimos manos a la obra, con un proyecto nuevo y casi tres millones de euros de financiación, a cargo del Ayuntamiento y del Ministerio de Administraciones Públicas. Encargamos nuevas investigaciones arqueológicas e históricas a Margarita Torres, a Fernando Miguel y a Victorino García (con la inestimable labor de José Luís Cortés que coordinó los trabajos de limpieza con diez trabajadores contratados para tal fin en el caluroso verano de 2004). Estos estudios concluyen que el primitivo Palacio Real de León estaba ubicado ahí, con lo que la visión y la interpretación de la historia de la ciudad se renueva y nos plantea una nueva oportunidad para el futuro: qué hacer con el Palacio Real. Fue realmente emocionante descubrir la riqueza de los artesonados policromados que permanecían ocultos bajo la derruida techumbre contemporánea y otros elementos que indicaban la riqueza y la importancia del edificio. El descubrimiento de estos espacios interiores y la monumentalidad del edificio justifican sobradamente una rehabilitación ambiciosa para su puesta en valor, honrando así su origen. El Reino de León tiene que recuperar su palacio real. El Conde Luna ha sido salón de baile y frutería; es hora de que vuelva a recuperar toda su dignidad. El Partido Socialista plantea un reto: impulsar y dar a conocer la importancia que tiene León en la historia de España y en la constitución de las primeras manifestaciones democráticas. Qué mejor lugar para albergar ese proyecto que un palacio real y que la soberbia arquitectura del Palacio del Conde de Luna se convierta en el símbolo de lo que hemos significado en la historia, del lugar que ocupamos ahora y hacia dónde queremos proyectarnos en este nuevo siglo. El palacio del Conde Luna será la sede del Instituto del Reino de León, un centro de referencia internacional que centrará su trabajo en el estudio, divulgación y promoción del Reino de León en la historia de España y de Europa. La puesta en marcha de este Instituto requiere un importante esfuerzo por parte del capital público y privado. El Instituto del Reino de León pretende llegar a ser un referente europeo. Nadie que quiera conocer cómo se formó Europa debería obviarlo. En él se agruparán fondos documentales y etnográficos. Este organismo promoverá exposiciones y difundirá la cultura leonesa desde todos los puntos de vista: histórico, social, arquitectónico y lingüístico. Además será un lugar de encuentro para investigadores y estudiosos del mundo medieval cristiano, musulmán y judío; esta ciudad volverá a ser de nuevo un punto de encuentro de culturas. Al incorporar un espacio cultural, en el que habrá actividad investigadora y exposiciones permanentes de los fondos documentales y artísticos del Reino de León, se actuará también en un barrio que necesita apoyo. El casco histórico tiene que ser una zona viva, con actividad todos los días. Nunca preservaremos nuestra historia y nuestro patrimonio sin incorporarlo a nuestro presente. En definitiva, la propuesta lanzada por Francisco Fernández y el Partido Socialista quiere que la ciudad recupere su Palacio Real y que los leoneses y leonesas conozcamos mejor nuestro pasado para que construyamos mejor nuestro futuro. No es el cuento de la Cenicienta: de un almacén de frutas vamos a recuperar el Palacio Real de León.