Democracia

RECOGÍA este periódico en su sección de frases del día unas palabras de Clint Eastwood, a quien el Estado francés acaba de concederle la Legión de Honor. No es extraño este reconocimiento, pues los Cahiers du Cinema fueron los primeros en reivindicar su calidad como director e intérprete. «No soy defensor de ninguna guerra, pero tampoco soy uno de esos idealistas que piensan que la democracia es para todo el mundo» ha declarado. La democracia es una conquista de la cultura occidental, algo que se ha ido construyendo y que siempre está en proceso de construcción. Nunca es algo terminado o un ya está. El leonés Manuel Azcárate en sus memorias sobre la guerra civil, cuando era militante comunista, llega a la conclusión de que en los años treinta el problema era que nadie daba por hecho que los resultados electorales había que acatarlos. Azcárate explica cómo muchos de los comportamientos que hoy consideramos consustanciales a la democracia son más recientes de lo que creemos: logros de la segunda mitad del siglo XX. ¿Es esta forma de gobierno exportable a todos los rincones del mundo? También yo lo dudo, pero no sólo para un país como Irak. ¿Hay democracia real en el País Vasco, donde no ser nacionalista te puede costar la vida? Además de una convicción ideológica ha de ser un comportamiento. Y no basta con la auto proclamación. Un demócrata no puede caciquear ni alejarse de comportamientos no ya honrados sino nobles. Debe haber una estrecha relación entre Estado de Derecho y verdad.. No puede reducirse todo a depositar votos en las urnas. Quizá el gran error, o la gran manipulación, radica ahí, en creernos que puede existir una democracia sin otros valores que la consecución como sea del poder o de la retención del mismo a cualquier precio.