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JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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PROSIGUE el juicio contra los autores del atentado del 11-M. Ya voceé desde este balcón que se colocarían no pocos cepos para justificar esa especie de fiebre conspiranoica que sólo anida en mentes calenturientas. Estamos ante el primero. Pretendía ser como la traba en las patas del caballo: impedir la carrera veloz. Hemos visto cómo un abogado de pago, al que no se sabe quién le paga, ha intentado colar una prueba falsa. Eso constituye, según la abrumadora mayoría de juristas consultados, un posible delito. Yo no lo sé. Pero lo que sí tengo claro y afirmo con rotundidad, es que resulta contrario a la más elemental deontología de un profesional del Derecho. A medida que pasen los días y se vaya clarificando la trama que cometió los atentados, también quedará en evidencia otra trama: la de los facinerosos que querían evitar, o que no se celebrara, el juicio. Al proceso del 11-M le queda un largo recorrido. Lo seguiré con lupa. Pero hoy quiero reflexionar con brevedad sobre la noticia de la semana: la celebración del referendum en Andalucía para ratificar su nuevo Estatuto de Autonomía. La altísima abstención, todavía mayor que la del Estatut catalán, provocó que sólo obtuviera el voto favorable del 31,4% del electorado. Como en la consulta catalana, se trata de unas cifras de votos casi ridículas. Unas cifras que dejan en evidencia que los ciudadanos no demandaban las reformas estatutarias y todo el ruido que se ha montado alrededor de las mismas. Y, también, descalifican a los políticos autonómicos promotores de esas reformas como auténticos enredabailes. Pero voy a bajar de las nubes nacionales para sobrevolar el cielo de Castilla y León. Ayer en este periódico se ofrecía una información, según la cual, las Cámaras abogan por potenciar el Aeropuerto de Valladolid. El presidente del Consejo Regional de Comercio, Manuel Vidal, apuesta por reforzar el de Villanubla. En realidad, de sus declaraciones se desprende que lamenta que no sea el único aeropuerto de la Comunidad. Pero, claro, como hay otros tres, defiende reforzar el de Valladolid. No es una declaración sorpresiva. Durante este año son ya varios los pronunciamientos desde instancias empresariales vallisoletanas y de la Junta, que muestran su alarma por el desarrollo del Aeropuerto de León y por el incremento que está teniendo, tanto en vuelos como en pasajeros, algo que se va a multiplicar cuando concluya la ampliación de la pista actualmente en marcha. Desde Valladolid se ha propuesto que se creen consorcios o cualquier otro tipo de figura que impida la competencia que hace, y más que va a hacer, el Aeropuerto de León al de Villanubla. Es otra muestra más de centralismo contra el que conviene estar prevenidos. Y, además, exige pronunciamientos: en primer lugar, de la Cámara de Comercio de León, miembro del Consejo Regional de Cámaras; y en segundo lugar, del propio consorcio leonés, empezando por el Ayuntamiento, cuyo deber inexcusable es pagar la deuda acumulada con el Aeropuerto de León. Sin el servicio que presta el Aeropuerto, León no estaría de moda. ¿Acaso creen ustedes que estaría hoy en nuestra ciudad Mariano Rajoy, y mañana los ministros de Defensa e Interior, José Antonio Alonso y Pérez Rubalcaba, o el domingo y lunes próximos el presidente Rodríguez Zapatero?. Que nadie impida que sigamos volando sobre las nubes.