Batallas políticas obscenas

PONGAMOS los puntos sobre las íes. A mi se me antojan como obscenas determinadas batallas políticas: ya sea la manifestación de la AVT o la abierta por la muerte de la soldado gallega Idoia Rodríguez en Afganistán. Se ha instalado la oposición hasta en el vuelo de la paloma. Y conviene precisar que nuestros soldados están en Afganistán por una decisión del anterior Gobierno del PP. Una decisión respaldada en el Parlamento por todos los partidos políticos, en una misión aprobada por la ONU y encomendada a la Otan. Una decisión que se tomó tras el ataque del 11-S a las Torres Gemelas de Nueva York, con más de tres mil muertos, organizado por Bin Laden y Al Qaeda desde el país afgano y bajo la protección de los talibanes. En suma: no tiene nada que ver Afganistán con Irak. Cualquier intento de mezclar una situación con otra, sólo puede hacerse desde la ignorancia o desde la mala fe. El ejército español está en Afganistán cumpliendo una misión de responsabilidad internacional amparada legalmente y prestando importantes servicios a la población civil de aquel país. Es una misión derivada de nuestro compromiso con la legalidad internacional y a la altura de nuestras responsabilidades como séptima potencia económica mundial. El elemento, especialmente emotivo, de que Idoia Rodríguez sea la primera soldado que muere tras la incorporación de la mujer al Ejército, no debe ser una excusa para la pelea política. Ha sido casi grotesco el debate sobre el color del distintivo de la medalla concedida. El pasado viernes hablé largo y tendido con el ministro de Defensa, José Antonio Alonso. No rozamos este tema. Por dos razones: él, a petición propia, ha pedido su comparecencia en el Congreso, y porque ya había dicho con claridad que cuando finalice el invierno, la situación puede ser todavía más complicada en Afganistán. El destacamento de nuestras Fuerzas Armas en el oeste de aquel país va a seguir allí con su misión, en cumplimiento del compromiso con la ONU y la legalidad internacional que tiene adquirida España. Bien. Como suele ser habitual en mis últimas comparecencias, bajo de las nubes para hacer un vuelo rasante sobre la ciudad y provincia. Y compruebo que el mismo día en que el CEL se reúne con el presidente de la Diputación, Javier García Prieto, para promover el aprovechamiento integral de los recursos de nuestros ríos, nos enteramos que todas las depuradoras -59 plantas en total- construidas hace once años para el saneamiento del Parque Regional de Picos de Europa, nunca han funcionado. Las preguntas, a vuela pluma, serían: ¿Dónde estaba durante estos once años la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León? ¿Dónde estaban los responsables del área de la Diputación Provincial, los trece ayuntamientos en los que están instaladas y todos los profesionales y aficionados que se mueven alrededor de los temas medioambientales?. Es más: ¿Por qué se declaró un Parque Regional independiente del Parque Nacional si ni siquiera se vigila el funcion amiento de las depuradoras? ¿Acaso es que el funcionamiento de las depuradoras no sirve para hacer propaganda?.