Ante el 1.100 aniversario de la Fundación del Reino de León (910-2010)

EN EL AÑO 2010 se cumplirán 1.100 años del nacimiento del Reino de León. Desde hace más de un año algunos leoneses, sin especial vinculación política y sin más interés que el de homenajear nuestra historia sin enfrentarla a la de otros pueblos, tratamos de convencer a nuestros políticos e instituciones (sin haberlo conseguido hasta el momento), de la oportunidad que este aniversario puede suponer para organizar en todas las tierras de este viejo reino o vinculadas a él en algún momento, conmemoraciones que rememoren la importancia histórica del Reino de León y su imprescindible aportación política, jurídica y sociocultural a la configuración actual de la Península Ibérica, y de la Unión Europea. Recordemos brevemente algunos de los hitos de esa historia cuya rememoración reclamamos: en el año 910 Alfonso III el Magno divide el Reino de Asturias entre los tres hijos mayores, recibiendo su primogénito, García I, el Reino de León; Ordoño II, Galicia y Fruela II, Asturias, aunque pronto Ordoño II reunificó en su persona las tres coronas. El Reino de León como tal se mantendría durante 320 años, hasta el año 1230, año en que fallece el último Rey leonés, Alfonso IX. Su hijo y heredero, Fernando III el Santo, que era ya Rey de Castilla, federa ambos reinos bajo una misma Corona, pasando los monarcas desde ese año hasta 1518 (288 años) a llevar el título de «Rey de Castilla y de León». No obstante, durante ese segundo periodo de tiempo, el Reino de León mantiene sus instituciones y se produce durante lo siglos XIII y XIV un vigoroso movimiento de hermandades leonesas. De la importancia de este Reino en la historia de España y Portugal da fe la coronación del Rey Alfonso VII como «Imperatur Totius Hispanniae» en 1135: en ese acto se declararon vasallos del Rey de León y emperador de España todos los Reinos y condados desde el Loira, en Francia, hasta Gibraltar. Durante los dieciocho reinados leoneses hubo, lógicamente, acontecimientos de todo tipo, pero algunos de ellos han dejado una huella tan profunda que perduran hasta nuestros días. Por su especial trascendencia, pueden destacarse los siguientes: - Del Reino de León nacen los Reinos de Portugal (1143) y Castilla (1157). - En el año 1188 se celebraron en León las primeras Cortes proto-democráticas europeas, con la asistencia de los representantes de las villas y de las ciudades, junto con la nobleza y el clero. En ellas se reconocieron por primera vez importantísimos derechos civiles para los ciudadanos. - En el año 1202, en las segundas Cortes leonesas (y aún las segundas que se celebran en Europa), reunidas en la localidad de Benavente, se crea el primer impuesto territorial aprobado por un Parlamento, la «moneda forera», antecedente también de los presupuestos generales de los estados modernos. - En el año 1218, tras el proyecto de Estudio Superior de Palencia de 1212, se funda el Estudio Superior de Salamanca, elevado a la categoría de Universidad por Alfonso X en 1254, siendo la primera y más importante de las Universidades cristianas españolas y modelo para las posteriores. Los datos históricos señalados justifican por sí solos la necesidad de conmemorar este aniversario que ya está encima, de aprovechar ese año para realizar todo tipo de eventos, tanto para recordar esa historia y aprender de ella, como para promover infraestructuras y lazos de unión social y económica entre los pueblos del viejo reino leonés. Esta celebración no debería limitarse a la ciudad de León, sino que debería invitarse a todos los pueblos, ciudades, Comunidades Autónomas y países que han compartido parte de su historia con el Reino leonés a unirse a esta conmemoración con iniciativas que recuerden su relación con este Reino. Son muchos los eventos que se podrían organizar, partiendo de la iniciativa de las diferentes instituciones que se sumen en cada lugar a las celebraciones: un homenaje en el Parlamento Europeo a las Cortes leonesas; conferencias, estudios, exposiciones y publicaciones sobre los orígenes del Reino de León en el de Asturias y el breve reino de Galicia y sobre el nacimiento de los Reinos de Castilla y Portugal del de León; los enlaces matrimoniales y pactos con Navarra, Aragón o Cataluña; la reconquista de Toledo o Extremadura, etc., culminado todo ello con un Centro de Estudio e Interpretación del Reino de León; estudios sobre el idioma leonés y sus diferentes manifestaciones pasadas y actuales en Asturias, Cáceres o Miranda, por ejemplo; actividades de promoción cultural, económica y social entre Portugal y las Comunidades Autónomas que formaron parte del Reino de León, etcétera Y también debería aprovecharse esta conmemoración para impulsar e incluso inaugurar algunas de las infraestructuras en las provincias del antiguo Reino de León y de éstas con Portugal, y promover nuevos proyectos y acuerdos en asuntos de interés común para estos territorios: concluir la autovía de la plata, las conexiones con Portugal tanto por autovía como ferroviarias, la llegada del tren de alta velocidad, puertos secos, recintos feriales, etc. No pude olvidarse los compromisos del presidente del Gobierno para el desarrollo de la zona oeste de España, precisamente la que configuraba principalmente el Reino de León. En todo caso, esta rememoración del Reino de León ha de ser científica y a la vez próxima a los ciudadanos, pero siempre alejada de intereses reivindicativos basados en la historia, enfatizando lo que de común tiene nuestro pasado con el de otras regiones y países de nuestro entorno y recordando los enfrentamientos que sólo sirvieron para perder vida y vidas; aprender, en definitiva, de los errores y aciertos del pasado para vivir el presente y planificar el futuro sin exacerbar sentimientos que la historia demuestra que son siempre circunstanciales de momentos históricos concretos. Conocer la historia nos debe ayudar a relativizar las diferencias y a poner el énfasis en lo importante: el bienestar de las personas por encima de las banderas. La organización de todos estos eventos requiere el trabajo y esfuerzo de muchas personas y la aportación de importantes recursos económicos, por lo que se hace imprescindible el apoyo de las instituciones públicas y de entidades privadas, con el objetivo de hacer extensivas las celebraciones al mayor número posible de lugares y actos. Para ello se considera oportuno constituir una Comisión que redactase las Bases de estas celebraciones, buscase la participación de todas las Administraciones afectadas y de instituciones privadas; se encargase de su coordinación y promoviese diferentes vías de financiación de los distintos eventos (creación de una línea de subvenciones públicas, incentivos para los patrocinadores privados, etc.). Con estas palabras espero estimular a los responsables públicos leoneses a ponerse ya de forma urgente a programar y organizar estas celebraciones, pues el tiempo ya apremia para darle el realce y sacar el fruto que el evento merece. Ya el 14 de febrero de 2006, por ejemplo, desde la Presidencia del Gobierno que dirige ahora un leonés, se creaba una Comisión para la conmemoración del II Centenario de las Cortes de Cádiz de 1812; creo que debe hacerse algo similar para conmemorar el MC Aniversario el Nacimiento del Reino de León, reclamando e impulsando desde las instituciones leonesas la creación de esa Comisión encargada de promover esta celebración y de orientar y coordinar el desarrollo de todos sus actos.