Diario de León

CON VIENTO FRESCO

La realidad nacional andaluza

Publicado por
JOSÉ A. BALBOA DE PAZ
León

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EN ABSOLUTO les importan los verdaderos resultados del referéndum a los políticos andaluces. La abstención de más del sesenta por ciento no cuenta para nada; sólo les interesan los votos positivos de ese 38% de participación que se acercó a las urnas la pasada semana. Cierran los ojos y se tapan los oídos ante las críticas que no quieren escuchar. La reforma del Estatuto ha sido aprobada por más del noventa por ciento y eso es lo que cuenta, aunque solo hayan votado uno de cada tres. Andalucía ya es una nación, como Cataluña. Socialistas y populares se frotan las manos, aunque a estos últimos los acusen de haber sido ellos -¡pobrecitos!- los culpables de tamaña abstención (Pepiño Blanco dixit). No son los culpables de la abstención pero sí es cierto que buena parte de sus votantes se han negado a votar porque no están de acuerdo con el problema en que ese partido, por seguidismo del PSOE, los ha metido; son conscientes de que se ha dado un paso más en la fragmentación de España, con consecuencias nefastas para unas regiones, por ejemplo Andalucía, en detrimento de otras. Andalucía ya es una realidad nacional y tomará en sus manos sus propios destinos, al menos si puede y si les dejan, que todo está por ver. Antes de haber pasado una semana, Rodríguez Ibarra, presidente de la comunidad de Extremadura les ha presentado el primer recurso de anticonstitucionalidad a causa del río Guadalquivir, que los políticos andaluces han blindado en su Estatuto olvidándose que la cuenca de ese río afecta igualmente a las comunidades de Castilla-La Mancha y Extremadura. El agua, como ya estamos viendo en otros casos, por ejemplo el blindaje de la comunidad manchega respecto al trasvase del Tajo a Valencia y Murcia, se convertirá pronto en objeto de litigio primero y de enfrentamiento después entre comunidades. Ya está ocurriendo así con respecto al Ebro, y todo parece indicar que con este gobierno socialista de Zapatero no será nunca posible aprobar un Plan Hidrológico Nacional, cada vez más necesario a medida que el cambio climático se haga más evidente. El segundo sarpullido que le ha salido a la realidad nacional andaluza ocurre estos días con el probable cierre de la empresa de automoción norteamericana Delphi, de la que viven en Cádiz muchos miles de familias, unas de forma directa, otras de manera indirecta. Esta si que es una realidad lacerante y más pegada a los problemas reales de la gente que el Estatuto recientemente aprobado. Cádiz, la provincia con más paro de España -cien mil personas-, se ve abocada a una situación de conflicto, después de que en el pasado año fueran los astilleros los que pusieron en pie de guerra a miles de gaditanos. El paro y el cierre de sus principales industrias, probablemente también Airbus, son los problemas que importan a los ciudadanos y no la mixtifica ción de los mismos con soflamas de tipo nacionalista. Ahora saldrá a relucir el antiamericanismo, cuando la realidad es que las empresas buscan lugares donde anidar con menos conflictos, mayor productividad y, si es posible, salarios más bajos. Los países del este de Europa recibirán a Delphi con los brazos abiertos. Mientras tanto, ¿de qué se preocupan los políticos y el gobierno de la Junta de Andalucía? Al parecer una propuesta del ínclito Chaves es la de lograr que regresen a Andalucía los andaluces que han tenido que salir por motivos de trabajo. Me imagino que esto será una boutade, porque si a los más de ocho millones de andaluces actuales se le añadieran otros tantos que han salido de esa tierra en los últimos cincuenta años, se comerían unos a otros. Además, la mayoría de los andaluces no quiere trabajos sociales, peonadas sindicales, ni ayudas políticas miserables, sino trabajar y salir adelante con su esfuerzo, como lo han hecho en todos los lugares en los que se han establecido, desde Cataluña, el País Vasco o el Bierzo. Pero esta casta de políticos sin oficio ni beneficio no harán más caso que a sus propios intereses, y si no al tiempo.

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