Diario de León
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Los temas básicos de la cultura esotérica Satán se convierte en el símbolo de una rebelión contra la convenciones y las reglas, símbolo que con frecuencia adopta formas agresivas, egoístas, violentas. Algunos grupos evangélicos han manifestado su preocupación por la presencia subliminal de lo que consideran simbolismo satánico en algunas variedades de la música rock, que ejercen una profunda influencia en los jóvenes. En cualquier caso dista mucho del mensaje de paz y armonía que se encuentra en el Nuevo Testamento y con frecuencia es una de las consecuencias de la exaltación de la humanidad cuando implica la negación de un Dios trascendente. Pero no se trata solamente de algo que afecta a los jóvenes. Los temas básicos de la cultura esotérica también están presentes en los ámbitos de la política, la educación y la legislación. Esto se aplica especialmente a la egología. Su fuerte acentuación del biocentrismo niega la visión antropológica de la Biblia, según la cual el hombre es el centro del mundo, por ser cualitativamente superior a las demás formas de vida natural. El ecologismo desempeña hoy un papel destacado en la legislación y en la educación, a pesar de que de este modo infravalora al ser humano. La misma matriz cultural esotérica puede hallarse en la teoría ideológica subyacente a la política de control de la natalidad y los experimentos de ingeniería genética, que parecen expresar el sueño humano de recrearse a sí mismo. Se espera lograr este sueño descifrando el código genético, alterando las reglas naturales de la sexualidad y desafiando los límites de la muerte. En lo que podría llamarse un relato típico de la Nueva Era, las personas nacen con una chispa divina, si bien participan de la divinidad cósmica según distintos niveles de conciencia. Somos cocreadores y creamos nuestra propia realidad. Muchos autores de la Nueva Era sostienen que somos nosotros quienes elegimos las circunstancias de nuestras vidas, (incluso nuestra enfermedad y nuestra salud). En esta visión cada individuo es considerado fuente creadora del universo. ¿Es lo mismo nacer en los EE.UU. que en Etiopía? Anatolio Calle Juárez (Navatejera). Amnistía Internacional y los niños indefensos Amnistía Internacional ha emitido una campaña publicitaria bajo el eslogan «Niños soldado. Si tú no haces algo, otros lo harán. Lo pondrán en primera fila y si mueren irán a una escuela a por otros niños». Por otra parte, los asistentes a la Conferencia Internacional contra los niños soldado, que se conmemoró en París y a la que concurrieron 58 estados, se han rubricado unos convenios para impedir el alistamiento en milicias y tropas armadas, de críos y pelear contra los que apelan a ellos. Que las conflagraciones son una tragedia es una realidad y un suceso indiscutible, sin embargo, cuando éstas se valen para coger armas de fuego, la tragedia resulta aún más insufrible. Las batallas con semblante inocente afectan ahora a unos 218 millones de chavales en todo el universo, según Juan Hunt, director de la oficina de la OIT en España. Son tantos chiquillos como inocencias truncadas, cuyos derechos y libertades han sido violados. Otros muchos han fallecido en la primera línea del terreno de combate. El resultado de esta reunión internacional, coordinada con acierto por Francia y apadrinada por Unicef y que ha utilizado el lema «Liberemos a los niños de la guerra», ha sido vaguear, alrededor de una mesilla, todas las partes comprometidas: estados, organizaciones no gubernamentales, oficinas para el progreso, fuerzas para el defensa de la conciliación y en primera persona, los chavales que un día fueron niños y soldado que consiguieron subsistir. Según Naciones Unidas, se emplean a chicos como soldados para aumentar las tropas armadas y grupos de guerrilleros. Casi todos se encuentran en territorio tropical: Burundi, Chad, República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Somalia, Sudán y Uganda. El resto se localizan en Asia, Afganistán, Nepal y Sri Lanka. En el citado tratado se asegura «la lucha contra la impunidad, investigar y perseguir de manera efectiva a aquellas personas que hayan reclutado, ilegalmente, a jóvenes menores de 18 años, para grupos paramilitares o fuerzas armadas». Clemente Ferrer Roselló (León). Iñaki D. (Pamplona).

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