Competencias básicas

COMPETENCIA es la palabra mágica de la nueva Ley Orgánica de Educación (LOE) que se pondrá en marcha el próximo curso. En el Real Decreto de Enseñanzas Mínimas de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), se dice que los alumnos han de alcanzar ocho competencias básicas: competencia en comunicación lingüística, competencia matemática, competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico, tratamiento de la información y competencia digital, competencia social y ciudadana, competencia cultural y artística, competencia para aprender a aprender, autonomía e iniciativa personal. No está nada mal. Competencia se usa aquí con el sentido de la acepción 4 (Diccionario de la Real Academia Española): aptitud e idoneidad. O bien, con el que tiene competente (acepción 3): buen conocedor de una técnica, de una disciplina o de un arte. Cada una de las materias que se estudian actualmente en la Enseñanza Secundaria Obligatoria contribuye al desarrollo de diferentes competencias y, a su vez, cada una de las competencias básicas se alcanzará como consecuencia del trabajo en las distintas materias. Hay intentos de legislación feminista coñazo: las competencias básicas son las que debe haber desarrollado un joven o una joven al finalizar la Enseñanza Secundaria Obligatoria. El legislador se cansa y curiosamente sólo ocho líneas más abajo usa el genérico machista los estudiantes para referirse a ellos y a ellas. Intolerable. Lo de legislación feminista coñazo fue el título de un lejano artículo mío y que ha servido para que ande en los habituales mentideros de Internet, junto con Javier Marías y algún otro, como ejemplo de perla machista retrógrada. ¡Bueno, pues qué se le va a hacer!