Sugerencia

SHERLOCK Holmes no hubiera aceptado el caso. El detective cocainómano consideraba el delito como un desafío intelectual, no como ejercicio de antropología social. Tampoco veo a Pepe Carvalho interesado por el robo de un bajorelieve medieval, que ni siquiera puede arder en la chimenea, aunque se le podría intentar convencer por lo gastronómico si el pago a sus servicios se hiciera con orujo de alambique libre de impuestos. Ni el relato de detectives de corte sajón, que necesita inteligencia y agilidad mental, ni la novela negra norteamericana, que pide a gritos asfalto, humo y mucho dinero para corromper. Ya que estamos ante un asunto más próximo al costumbrismo tradicional que al delito profesional, para encargarse de la desaparición de la pieza visigótica de la ermita de la Santa Cruz de Montes de Valdueza encuentro más adecuado a Plinio, aquel municipal cachazudo de Tomelloso, que, sin salir del pueblo, conocía bien la naturaleza humana y ejercía de sociólogo sanchopancesco en un entorno rural de realismo mágico. Tal vez me equivoque pero no creo que este suceso vaya por la línea del saqueador del patrimonio que conoce lo que roba y sabe en qué mercado colocarlo: Erik «el Belga» toma ahora el sol mediterráneo como cualquier jubilado centroeuropeo, pinta retratos de san José María Escrivá de Balaguer y asesora a la policía en grandes investigaciones. Tampoco veo a un enfermizo apasionado de la epigrafía que aprovecha las facilidades que la administración pone para el saqueo patrimonial y se lleva impunemente la piedra grabada para su disfrute privado. Me parece que estamos ante un caso policialmente más sencillo para el que se requiere a un Plinio, experto en psicosociología de sociedades ancladas en el pensamiento atávico.