¿Igualdad de género?

El cáncer, testimonio de lucha Soy una más de las personas que desgraciadamente le ha tocado luchar contra una enfermedad como es el cáncer. El mío tiene que ver con la sangre. Llevo ya un tiempo luchando contra él y espero poder vencerle. Cuando te pasa algo así no te lo crees, ya que yo ni por edad, ni por estilo de vida (me cuido mucho) creí que nunca me iba a pasar algo así. No sé si gracias a Dios, pero en este camino me he encontrado personas muy buenas que me están ayudando a superar esta terrible prueba. Quisiera darle las gracias al equipo sanitario de hematología del Hospital de León, que tanto están haciendo por enfermedades como la mía. Sé que estoy en las mejores manos y que todo lo que se pueda hacer, con mi ayuda, lo lograrán ellos. También quiero darle las gracias a la psicóloga de la asociación de lucha contra la leucemia, de León, que tanto me aguanta en mis hospitalizaciones, y que junto con mi familia, son los que comprenden por lo que estoy pasando. Gracias hijos, porque sin vuestro apoyo ya habría tirado la toalla. Camino Pérez García (Correo electrónico). El carnaval y el plumero Se acabó el carnaval y todo el mundo se ha quitado la careta. Bien está. La Junta Islámica de España ha pedido a todos los musulmanes que tienen la nacionalidad española que voten a partidos de izquierda, ya sea PSOE o IU, porque el PP es islamófobo. Ya se sabe que los del PP, al grito de Santiago y cierra España, van de cruzados por la vida. ¡Ay! cruzado, que cruz me cayó contigo. Sin embargo las gentes de la izquierda, sobre todo sus próceres, son todos unos tíos estupendos y unos pacifistas que acogen con los brazos abiertos a todo muslim que se acerque por aquí. Que buenos son, que nos llevan de excursión. Se acabó el carnaval y se la ha caído la pintura al rollo ese de la «Alianza de civilizaciones» que rima, vaya si rima. ¿Alguien se lo había creído? ¿Alguien se había creído que importaba lo que pasara más allá del voto? Vamos a ser medianamente serios. Se trata de crear nuevas bolsas de votantes trincados por las criadillas, de usar a los que vienen buscando una vida mejor. Otra vez los siervos de la gleba: tú me votas y yo te protejo. Es viejo, muy viejo. Pero ha vuelto a funcionar, vuelve la Edad Media. El presidente de la tal Junta Islámica se hace llamar Mansur Escuredo. Sí, el mismo que hace poco anduvo dando el cante con lo de rezar en la Catedral de Córdoba. Argumentaba el hombre su derecho en que una vez fue mezquita, que viene a ser como si yo quisiera que se reconociera algún derecho sobre una propiedad que, una vez, tuvo un antepasado mío en México. Una pasada ¿verdad? Pero aquí nadie da puntada sin hilo y todo se sabe tarde o temprano. Esta vez, como la otra, tenemos un «Don Oppas» para traicionarnos. Todo eso de la multiculturalidad no es más que la nueva forma de la trata de esclavos, una bolsa de votos mientras sirva. Una vergüenza para una sociedad libre e igualitaria. Y mientras, Mansur Escuredo escalando la pirámide de la fama . Se le ve el plumero. Ana Llamas Morales (Córdoba). Azucena (Madrid).