Macromanifestación azul

CUANDO el Ademar iniciaba la eliminatoria de la semifinal de la Copa del Rey en Altea frente al Algeciras, la macromanifestación del Partido Popular, bajo la pancarta «España por la libertad. No más cesiones a ETA», estaba concluyendo. Ha sido una manifestación multitudinaria. Lo previsto. El primer partido de la oposición tiene recursos para hacer, incluso, que hablen las piedras. Una manifestación que culmina la campaña que desde hace meses, con varios motivos o pretextos, ha emprendido el PP contra el Gobierno de la nación y especialmente contra su presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Las anteriores manifestaciones habían sido convocadas por organizaciones títeres. Ésta ya lo fue directamente por el Partido Popular. A cara descubierta. Ayer mismo pudimos escuchar en alguna emisora de radio o leer en los periódicos -no en todos, por supuesto- los argumentos inverosímiles con los que se ha adobado el estado de ánimo de los manifestantes. Valgan estos botones como muestra: Desde que el Gobierno estuvo detrás del atentado del 11-M --hoy se cumple el tercer aniversario--, a que Felipe González era responsable del atentado etarra contra Aznar, pasando por la negación de las excarcelaciones de etarras durante los ocho años del Gobierno popular. Yo sé que no es fácil digerir que se le haya otorgado a ese monstruo de Ignacio de Juana Chaos la prisión atenuada. A mi se me revuelven las tripas. Pero acepto que no existe ni una mota de ilegalidad y que la política antiterrorista y penitenciaria ha de hacerla el Gobierno. Si la oposición pretende dar el gran vuelco es por otros intereses perversos y de renta política y electoral. Por eso mismo creo que una parte importante de la militancia del PP y de la opinión pública a su alrededor ha caído en la irracionalidad, intoxicada por los actuales dirigentes y por medios de comunicación como la Radio de los Obispos. Han sembrado el odio y el resentimiento sin preocuparse de las consecuencias. ¿Y ahora, qué?, se puede preguntar cualquier ciudadano de buena fe. Bueno, pues lo cierto es que hay unas elecciones municipales y autonómicas a la vuelta de la esquina. Y que, según las encuestas, la permanente algarada montada por Rajoy, Acebes y compañía, no les proporciona ni un voto más y, sobre todo, sus posiciones de extrema derecha les alejan del centro político. O sea, de cualquier posible trasvase de votos. Lo único seguro es que esta práctica consolida a José María Aznar y a sus herederos al frente del PP después de haber perdido las pasadas elecciones generales y aunque pierda las siguientes. En este ambiente, tanto Alberto Ruiz Gallardón como Rodrigo Rato no tienen posibilidad de sustituir a Mariano Rajoy, quien cada día es más clon político de Aznar y de Acebes. El espacio político de centro derecha ha quedado disponible por si alguien promueve la creación de un partido que les represente. Nota de alcance: En la macromanifestación no se registró incidente alguno, al menos que me conste. Y en el polideportivo de Altea, el Ademar obtuvo plaza para disputar hoy la final de la Copa del Rey de Balonmano: venció al Algeciras con holgura. Si anoté bien el marcador, por ocho goles de ventaja.