EL RINCÓN
Manifestarse
ERMUA fue a partir del verano del 97 mucho más que un pueblo de Vizcaya. Lo sucedido con Miguel Ángel Blanco, secuestro y asesinato por ETA, dio lugar a un espíritu de dignidad y lucha popular que empujó a los dirigentes de la sociedad vasca y española. Pronto, en Madrid, las manifestaciones estuvieron controladas por la curia política. Aun así fundamos el foro de Ermua, con un faro de Ibarrola como símbolo. Eran tiempos de unidad, algo así como aquella platajunta para después de la muerte del dictador. Desde ese espíritu se pactaron acuerdos como el que posibilitó un gobierno de cambio para las instituciones forales y municipales en Álava. Participé en su gestión y posterior acuerdo para las elecciones autonómicas de 2001, encabezados por Nico Redondo y Oreja, en que perdimos frente a Ibarreche. A partir de ahí quebró el acuerdo de Ermua, aquel contrato social con la ciudadanía. Cada uno utilizó a sus muertos y a sus víctimas vivas a inventario electoral. Algunos descubrieron la fuerza que dan los manifestantes. Y pasaron del viejo complejo, «manifestarse en las calles es cosa de obreros descontentos», a preparar indumentaria y fontanería que organizara manifestaciones en calles o concentraciones en plazas. Era como si los expertos en movilizar el voto les hubieran dicho que por ahí se crecía. Algunos se acostumbraron a las manifas. Incluso echaron de menos no haberlas practicado en tiempos juveniles. Y llegó el tiempo del glamour tras la pancarta. Y presencie peleas por un espacio en primera línea de cabecera. Era frecuente al terminar la manifa ver a los jefes de prensa pelear por conseguir unas declaraciones multitudinarias ante los medios audio visuales. Recuerdo a más de uno, tras las declaraciones preparadas de ante mano decir: «¿Qué tal he dado...?». Hoy, la política tiene mucho de insulto en las Instituciones, sobre todo si sale en la tele, y manifestación de fin de semana. Pero, ¿después de la manifa que queda?. Manifestarse es testimonio de protesta e indignación. ¿Cuál es el fin en este caso?. Sin duda alguna derribar a un Gobierno. Un precedente peligroso para el futuro.