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Publicado por
J.F. PÉREZ CHENCHO
León

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AUNQUE EL pronunciamiento del Gobierno fue rotundo: Navarra no ha sido, ni es, ni será en el futuro moneda de cambio, el ejecutivo autónomo foral mantuvo la manifestación, a la que se adhirieron el Partido Popular nacional y sus asociaciones satélites. Navarra no se vende. ¿Y quién ha pretendido venderla? Muchos columnistas han calificado a esta manifestación como preventiva. Con ese argumento también pueden convocar otra contra el fin del mundo. Más que preventiva ha sido de agitación. E insólita. Un Gobierno, el foral, contra el Gobierno de la nación. Es la primera vez en la historia democrática. Los objetivos son diáfanos: el desgaste y la erosión con fines exclusivamente electorales. Rajoy, para cabreo de Llamazares, le ha tomado gusto a la pancarta. Y si por unas calles de Pamplona desfilaba la marea azul, por otras lo hacía la roja abertzale que mantiene en su agenda el sueño imposible de la anexión. Sin embargo, primó la cordura, al menos hasta que cierro los cuarterones del balcón. Como lo hizo en las manifestaciones contra la guerra de Irak: en Madrid, en las capitales de toda España, incluido León, que no pasó de testimonial, y en las más importantes del mundo. La muerte lleva instalada en Irak cuatro años como una bandada de cuervos en un garbanzal. Lo asola todo. Una guerra que se inició bajo la degradación de la verdad. O mejor dicho: con el imperio de la mentira. Salvando las distancias, como las convocatorias de Pamplona. Ha concluido el fin de semana pancartero. Otro más. No sé qué hará Mariano Rajoy y su plana mayor de aquí a las elecciones municipales y autonómicas del 27 de mayo. Supongo que no dejarán la calle. Quizá se afanen en lo que resta de mes en imitar a los pájaros: construir sus nidos en los que poner más tarde los huevos. Pero quiero mirar a temas de León. Desde el punto de vista económico la semana no ha podido ser más interesante. HP confirmó su inversión en la ULE y en el Parque Tecnológico; Atos Origin anunció la creación de doscientos puestos de trabajo en nuevas tecnologías al rebufo del Inteco; Ebro Agrícolas también dejó clara su apuesta por la Azucarera de La Bañeza, que ampliará y modernizará porque en los próximos años en León se concentrará más de un tercio de la producción de remolacha, confirmando lo que hace ya muchos meses se voceó desde este balcón: que León sería la gran beneficiaria de la reconversión de la OCM del azúcar, a pesar de las negritudes visionadas por el catastrofista consejero de Agricultura, José Valín. En definitiva, ha sido una semana para seguir sumando esperanzas en el terreno del futuro económico. Ahora bien, no pueden llegar al extraordinario optimismo del director general de Estadística de la Junta, Fernando Mallo. Ayer abrí los ojos como platos al leer su anuncio: Las rentas de las familias leonesas han crecido más de un 30% en los últimos cinco años. Si uno hace una encuesta por la calle, resultaría evidente que o no sabemos lo que es un 30%, o los leoneses vivimos en otra provincia distinta de la que habla Fernando Mallo. A lo mejor, la explicación está en que la estadística es una cuestión de estado de ánimo y no una ciencia exacta. Yo creo que la más segura de todas es que estamos en campaña electoral.