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Publicado por
León

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EL BORRADOR de la orden ministerial que establecerá «los elementos básicos de los documentos de evaluación» a partir del curso que viene en la Educación Secundaria Obligatoria especifica claramente que, en este tramo educativo, habrá «una calificación numérica, sin emplear decimales, en una escala de uno a 10». Desaparece, pues, el cero -el cero patatero de toda la vida y peor consideración- del currículum escolar de los españoles. La supresión no es fortuita. Un funcionario que dice ser subdirector general de Ordenación Académica ha explicado que «poner un cero sólo es explicable por la ausencia total del estudiante» (algo no posible en la enseñanza obligatoria), por lo que «el cero sólo tiene sentido en la enseñanza posobligatoria». En otras palabras, según el ínclito especialista, la sola presencia pasiva del alumno representa un punto. Ontológica apreciación que mueve fatal e inevitablemente a la risa. De cualquier modo, esto no es un chascarrillo sino una noticia. Que alecciona sobre las preocupaciones y un cierto sentido del pudor de quienes tienen a su cargo el sistema educati- vo español. Es, ciertamente, como para echarse a temblar.