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Publicado por
JOSÉ CASTRO RABADÁN
León

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DESPUÉS DE TRES años de Gobierno socialista, España vive en la crispación política que no se debe a que el país marche mal, no. El crecimiento económico es elevado, el paro registra el nivel más bajo desde 1979, los derechos sociales se extienden a la mayoría de los ciudadanos, suben las pensiones, se aprueban leyes de progreso en beneficio de los más débiles -social y económicamente-, y se mejoran las infraestructuras y la organización territorial del Estado. Es la actitud de la derecha política la que, desde la agresividad, se opone a las reformas de fondo que el Ejecutivo pone en marcha en el intento de suprimir los residuos que restan del franquismo, modernizando la sociedad española. Para ello, la oposición extrema del Partido Popular utiliza todos los recursos contra el Gobierno de progreso y no parece que le importe que el Estado y la democracia se debiliten; el «todo vale en política» con tal de volver a gobernar es la consigna que la dirección del PP ordena seguir ciegamente a sus partidarios, tanto en el Parlamento como en los medios de comunicación, para ganar a la opinión pública, defendiendo así sus puestos e intereses. Al acercarse el tiempo electoral la presión que ejerce la derecha sobre la ciudadanía crece y va en aumento. Se ha utilizado la tragedia y el proceso del 11-M para hacer creer que la autoría de ETA era cierta, hasta que el clamor de la verdad dejó desnuda la mentira fabricada por la conspiración del PP y sus informadores. Descubierta su estrategia, y por tanto destruida, abandonan la misma y se lanzan a la crítica feroz en la vertiente de la lucha antiterrorista. Utilizan todos los medios disponibles para que el proceso posible de alcanzar la paz definitiva en España no se lleve a efecto. Prefieren que ETA siga en actividad latente, antes que la paz llegue bajo el Gobierno actual al término definitivo. Todo vale: manipular, mentir, gritar, manifestarse, criticar decisiones del Gobierno que buscan la distensión, aunque sean semejantes a otras realizadas por ellos anteriormente, etcétera¿ Cinismo e hipocresía es la conducta seguida e impuesta por el PP. Nunca la oposición socialista se opuso a las medidas que el Gobierno de Aznar y Rajoy tomó en la lucha antiterrorista, sino que se corresponsabilizó de las decisiones de aquel Ejecutivo para reforzar el Estado y la democracia en busca de la paz, ahora no; la oposición del PP se pone en contra del Gobierno aunque esto alargue el período de terrorismo y de desgracia que afecta a todos los ciudadanos. El Gobierno del PP que excarceló, conmutó penas, concedió la libertad condicional a más de 306 etarras, no fue objeto de críticas o acusaciones, nadie hizo preguntas, se apoyó desde la oposición de todos los partidos las decisiones que en materia penitenciaria y de lucha antiterrorista «hacía» y «decía» el Gobierno de entonces. El Gobierno socialista quiere sustituir la violencia por el diálogo, intentando abrir el camino hacia la normalidad de la paz democrática, fortaleciendo el Estado, y defendiendo la libertad y la vida de los ciudadanos. El diálogo para la paz está paralizado. Es necesario avanzar en la política de normalización democrática y el PP se niega permanentemente. Serán los ciudadanos electores los que decidirán, en última instancia, ante la crispación y la paz, cuál es la solución final.