Diario de León
Publicado por
JOSÉ ANTONIO PANERA BERMEJO
León

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FELICITO al ministro Jordi Sevilla por sus palabras valientes a favor de la conciliación de la vida familiar y laboral referido a las mujeres, porque sin el quererlo ya está más cerca de las tesis de «La custodia compartida» y dice referido a las mujeres: «No es lo mismo, los principios del siglo XIX tienen algunos problemas distintos al siglo XIX y al XX y uno de los problemas de esta sociedad es cómo hacer compatible la vida profesional y lo personal. Que quieran ser lo que quieran ser, y hasta donde quieran llegar en lo profesional, sin que eso signifique que tengan que hacer renuncias y sacrificios en la vida privada; que no se vean en la tesitura de elegir, como decía un informe de la OCDE, o mi bebé o mi jefe. Cuando una sociedad coloca al 50% de su población que son mujeres en la tesitura de tener que elegir entre la vida profesional o su familia, esa sociedad está fallando mucho y está fallando a ese 50%. Y a renglón seguido como si nada: dice que algunas cosa se tienen que hacer y algunas cosa se tienen que cambiar. Pues bien señor ministro si tiene razón, es de ley el dársela. Pero sólo en lo que la tiene. Es cierto que hay que hacer algo y rápido no puede ser que según sus palabras el 50% por se mujeres no puedan conciliar la vida laboral y familiar y más aún las separadas y el 50% restante de hombres no tengan vida familiar para conciliar (padres separados). Y el único motivo es que desde el Gobierno del que usted es ministro favorecen la desintegración familiar, postergando, apartando, dejando sin contenido las funciones que a los padres relacionadas con la educación de sus hijos, cuando no, apartándoles de sus obligaciones en aras de un concepto de familia decimonónica en la que sólo los brazos de la madre podían dar cariño a sus retoños. Mientras los padres se dedicaban a realizar tareas más de hombres. Se contradicen en el mensaje, proclaman la integración pero los frutos no acompañan, no les oigo voces a favor del entendimiento, de la unidad de acción en las familias, entre padres y madres. Sólo se percibe el mensaje por parte de la administración de que hay hombres malos y víctimas que siempre tienen que denunciar. Y no es cierto. Si todos los hombres fuéramos malos ni usted ni yo nos preocuparíamos de nuestras respectivas familias ni habríamos tomado decisiones tan importantes y similares. El siglo XIX ya pasó, el XX también. Estamos en el siglo XXI y pese a quien pese y me temo que a este señor como a muchos otros se les llena con facilidad la boca de palabras, pero los hechos se convierten en una revancha de la hegemonía machista que durante tantos años tuvo oprimido a ese 50% de población femenina de la que tanto hablan y ahora pretenden desde las filas feministas arrinconar a los padres en un espacio sin valores y sin cometidos en el que ellas sean las únicas actoras. Pues bien al lado de ellas estamos nosotros otro 50% de población masculina, que a pesar del feminismo imperante en la administración, no tenemos ninguna culpa de lo que ocurriera en el siglo XIX y no entendemos ese afán revanchista y excluyente de lo masculino a la hora de educar a nuestros hijos. Se nos excluye por norma, en la Ley de Custodia Compartida, nos toman el pelo y dejan en manos de las que ostentan el poder las posibilidades que tenemos de integración en la vida familiar y aún así ustedes los políticos se atreven a decir que algo se esta haciendo mal, o que según sus palabras algo tiene que cambiar. En este mismo artículo, de 18 de febrero usted dice que es pionero en la conciliación laboral y personal. Sería interesante que nos diera la clave a los cientos de miles de padres separados de nuestros hijos que sólo se nos reconoce la visita como manera de relación con ellos. O es que no hay ninguna clave y el único motivo, que no deja de ser triste es que la madre de sus hijos aún le permite vivir con ellos en el domicilio conyugal y por lo tanto consiente en que colabore con ella en la conciliación laboral y personal. Según sus palabras «cuando las mujeres se ven en la tesitura de elegir entre su vida profesional y su vida familiar esta sociedad está fallando y mucho a ese 50% de mujeres. No es cierto que esa sociedad esté fallando, esta sociedad marca los pasos que le dan los políticos y estos nos dicen que el otro 50 % se tiene que quedar fuera, muy fuera de la educación de los hijos comunes. Planteamiento feminista de lo más atávico que no parece estremecer a nadie y menos a nuestros gobernantes. Y que en aras de lo que usted pregona y le preocupa «algunas cosas tienen que cambiar»: ¿No podríamos empezar por integrar a los padres en el plan concilia y la Ley de igualdad para que de esa manera todos y no solo la mitad tengamos algo que decir y hacer por el bien de nuestros hijos? Cuando se acerquen las elecciones, animo a todos los partidos políticos y asociaciones a que se definan en relación con la custodia compartida que es la única manera de no dejar a nuestros hijos huérfanos antes de morir sus padres varones.

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