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Publicado por
EDUARDO CHAMORRO
León

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EL GOBIERNO polaco de los gemelos Kaczynski ha elaborado una ley por la que entre 400.000 y 700.000 de sus conciudadanos quedan obligados a responder a la pregunta: «¿Ha colaborado secretamente y conscientemente con los antiguos servicios de seguridad comunistas?». Ante semejante pregunta cabe repreguntar: aparte de un grano en las posaderas de la UE, ¿quién se cree que es este gobierno?». Los ciudadanos que no respondan a tan obscena cuestión, o que mientan, cometerán delito y quedaran inhabilitados durante diez años. No parece que el gobierno polaco haya exigido a sus miembros constancia de haberse dejado la genitalidad en su lucha contra el pasado y sus fantasmas. Nadie ha preguntado a tan gelatinosos gemelos dónde estaban y qué hacían en favor de la libertad o de lo que fuese cuando Polonia era comunista o cualquier otra cosa, porque Polonia ha sido muchas cosas y muchos pedazos de sí misma. De hecho, pocos países tienen tanto derecho como Polonia a desconfiar de sus vecinos, hayan sido estos la Unión Soviética o sean Rusia y Alemania. Pero eso no quiere decir que el gobierno polaco tenga derecho a poner bajo sospecha a los polacos. No hay dictaduras que repartan caramelos y becas entre sus disidentes. Son, o así las he vivido, situaciones bajo las que nadie puede ser otra cosa, sin arriesgar la vida, que lo que le imponga el mando. Nadie puede exigir haber sido otra cosa o haberse comportado de otro modo a quien las haya padecido. Hay que ser un minucioso bellaco para demandar la condición de héroe o tan siquiera la de buena persona a cualquiera que salga de una dictadura del jaez que sea, fascista, nazi, comunista, castrista, chavista o talibánica, salazarista o franquista. No hay ley divina o humana que obligue a ser Pimpinela Escarlata. Y no hay democracia que plantee la convocatoria del ciudadano para que se acuse y se delate. La UE no debe permitir que el gobierno de uno de sus países miembros se comporte de tan repugnante modo. Si hoy van a por ellos, mañana irán a por nosotros, como si no hubiéramos tenido suficiente.

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