Un alumno de Sosa aclara
A un hermano, un año después Este Viernes Santo, va a hacer un año. Un año, desde que me enteré de la noticia. Vaya mañana más extraña. En Santa Nonia te busqué, para como cada año saludarnos, con un abrazo fraternal. Tras el Encuentro faltaron esas lágrimas de emoción, y de nuevo el abrazo de dos hermanos del San Juan. Aquí fue cuando mi padre, con lágrimas en los ojos me dio la noticia, de que habías dejado este mundo y que seguramente nos estuvieras viendo al lado de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Estoy seguro de ello. Mil, que digo mil, muchas más lágrimas recorrieron mis mejillas. Cada calle un recuerdo, cuántos años, cuántos recuer- dos. Cuánta pena reflejaban mis ojos, la cual, muchas veces, no me dejaba tocar mi corneta, sólo tenía fuerzas con «Bendición». «Mi Bendición para ti». Antonio, gracias por todos estos Viernes Santo imborrables. Ahora desde ahí arriba, guíanos como tú siempre hiciste, nosotros, en cambio te seguiremos dando ese abrazo en nuestros corazones, y esas lágrimas del Encuentro, será desde ahora símbolo de nuestra amistad. Antonio, tus amigos no te olvidamos. Descansa en paz. Héctor San Martín de La Granja (León). Déjese de músicas señor Amilivia y baje a la arena donde estamos los ciudadanos de a pie. Le invito a un paseo por el sórdido mundo del transeúnte que con mucha frecuencia se instala en la que antaño fuera la hermosa plaza de Salvador del Nido, hoy lugar tomado como le digo por los transeúntes, que orinan por todos los lados, que duermen allí, que dejan desperdicios y sobre todo se meten con la gente que simplemente pasa por allí. La Policía Local (¿?) no nos visita. Sólo se quedan en Puerta Obispo. Baje y vea señor alcalde, el ruido de los fines de semana en esa plaza, de los gamberros que se cargan el mobiliario, que van dando voces, que tocan a los timbres, que dejan los vasos y los rompen, que pasan con los coches haciendo rally y en una calle tan estrecha y semipeatonal como es Panaderos, con la música a tope, y las ruedas chirriando. Baje, camine (cuidado con los socavones tercermundistas de Cantarranas) y sienta el León de los ciudadanos de a pie, el León que usted, desconoce, y por favor... déjenos de músicas, que como para músicas estamos. M.ª del Carmen Llamazares Palanca (León).