No es lo mismo predicar que dar trigo

ME hubiera encantado, decirle al presidente de la Junta de Castilla y León, señor Herrera, lo que hoy voy a plasmar en esta Tribuna, y me hubiera encantado decírselo, sobre todo por ver su cara, sus gestos y su expresión. Pero como no he podido, intentaré transmitir la máxima naturalidad de un representante de los trabajadores, que mantuvo junto con los compañeros y compañeras de la FSP-UGT, un encierro de 105 días de duración en el Hospital de León, como consecuencia de un reparto arbitrario, sin previa negociación y con el estilo propio del consejero de Sanidad. Abogo por la máxima naturalidad, porque la pasión por la reivindicación, la dureza de este encierro y la frustración de que a un 5% de los trabajadores, -los de menor poder adquisitivo-, el consejero de Sanidad les haya dejado fuera del reparto de incentivos por reducción de listas de espera, me exige a mí mismo naturalidad y contención, pero no ausencia de crítica hacia el presidente de la Junta de Castilla y León. Señor Herrera, si al final se publica el reparto de los incentivos por reducción de listas de espera, primero con cifras desproporcionadas, segundo sin abarcar a todos los trabajadores y tercero sin ningún pudor, criterio y objetividad por parte de la Consejería de Sanidad -que en todo su organigrama, es difícil que se salve alguien-, el consejero de Sanidad habrá consumado, la injusticia laboral y la indecencia más hiriente contra la dignidad de la inmensa mayoría de los trabajadores del Sacyl. Este reparto puede llegar a ser tan despreciable, indigno y cínico, que trabajadores de hospitales de esta comunidad autónoma, que en estos dos años anteriores habían percibido estos incentivos y con toda la justicia del mundo -Hospital Clínico de Valladolid, Hospitales de Burgos-, no lo volverán a percibir, a no ser que el señor Herrera, tome una decisión como presidente de todos los trabajadores y no cometa un error sin precedentes y una injusticia laboral que rechina con los tiempos actuales: ¿qué hacían antes estos trabajadores que no hagan ahora? En todo este proceso sobre los incentivos por reducción de listas de espera, el consejero de Sanidad, Cesar Antón lo ha convertido en un desastre, intentando manipular, tergiversar y desinformar a la opinión pública; despreciando de esta forma la profesionalidad de los trabajadores y su estima personal. Todas estas manifestaciones llevan la impronta de una actitud déspota y engreída de un consejero que pasará a la historia de esta autonomía, por crear problemas en todos los puestos de responsabilidad que ha ocupado en cualquier Consejería. Pero algo debe tener este consejero de Sanidad que al señor Herrera le satisface y cautiva: - No sé si será su incompetencia, su descaro en las declaraciones, su humillación permanente sobre la inmensa mayoría de los trabajadores y sobre todo su postura sectaria sobre una reivindicación de igualdad, de no discriminación y de motivación de los trabajadores del Sacyl. Por lo tanto ya no sirve parapetarse detrás del peor consejero de esta comunidad autónoma, no sirve satisfacer su ego con continuas alabanzas a su gestión, porque un presidente de todos los leoneses y castellanos no debe simplificar los hechos en clave de la defensa política y pisotear el trabajo de los trabajadores con menor poder adquisitivo. Ahora sólo sirve restablecer unos derechos vulnerados, aunque sea desde la mayoría absoluta y desde la humildad de quien se equivoca y está a tiempo de rectificar. No modificar el futuro reparto de incentivos, eso sí, con el beneplácito, la aquiescencia y el voto a favor de los sindicatos CC.OO y USCAL-SAE, será cumplir el capricho inmoral de un consejero resabiado, una Gerente Regional impersonal y un director general de Recursos Humanos maquiavélico y maestro de la añagaza en la negociación. Resalto el apoyo de CC.OO y USCAL-SAE, con el fin de que todos los trabajadores sean conocedores que la cobertura que han dado al Consejero de Sanidad, el balón de oxígeno a la Gerente Regional y el laxante necesario -ante el estreñimiento de la negociación- al director general de Recursos Humanos, han supuesto una cierta tranquilidad para el consejero, respecto de la distancia que existe entre negociar e imponer y sobre todo un daño laboral a todos los trabajadores que estos dos Sindicatos se debieran de plantear. De todas formas para la UGT si esto sale adelante en los términos actuales, será un regate a la igualdad, un descrédito a las organizaciones sindicales que han votado a favor y una desafección de la clase política hacia los trabajadores, y concretamente, del Partido Popular que es quien gobierna en esta comunidad autónoma. Para que todo el mundo valore con la máxima objetividad este problema y para que sirva de ejemplo, se dejará fuera de este reparto: auxiliares de enfermería de dietas, personal de cocina, telefonistas, lencería, etc... Todo por 100 y 150 euros anuales dependiendo de la categoría, trabajadores que en ma yor o menor medida participan en la reducción de las listas de espera. La paradoja y a la vez el drama es que el Sacyl en gastos concertados con clínicas privadas y en sistemas de auto concertación - peonadas - destina, solamente en esta provincia más de 15 millones de euros anuales (2.500 millones de las antiguas pesetas). Señor Herrera: ¿comprende ahora las concentraciones de la UGT en sus visitas a esta provincia? Usted que reprueba y censura las grandes injusticias respecto de otras comunidades autónomas y sin embargo se pone las gafas de madera respecto de las suyas. Corregir una injusticia no es desautorizar a un consejero, a la FSP-UGT, los trabajadores y la sociedad ya nos dieron la razón -¿qué sociedad no lo haría?-, de todas formas en esta comunidad autónoma resulta muy caro luchar por la igualdad y que difícil lo tienen los trabajadores de los grupos más bajos. Bien es cierto, que si la solución o la subsanación de cualquier problema, depende del exagerado centralismo de Valladolid, en León lo tenemos complicado por dos motivos: primero porque es difícil que reconozcan su error y segundo, nos dejaran bien claro quien manda y desde donde..., la incompetencia se puede corregir, la estupidez no tiene tratamiento. Mientras no corrija este desmán, este reparto escandaloso, descompensado y no para todos, su entidad como presidente habrá quedado en entredicho y la decepción no será la de un consejero mediocre, sino la de un presidente que no quiso estar a la altura de las circunstancias... por cierto, no se extrañe de las protestas. Por lo tanto, evite en lo posible, con esa fluidez verbal que le caracteriza, la demagogia sobre la sanidad pública y de sus trabajadores, porque cabe la tentación de que la utilice para gloria de su persona y condena de quien sin juicio previo, usted ha culpado: «los trabajadores que perciben una miseria y a los que ni siquiera les ha rozado esa miseria». Si quiere definir estratos sociales con desproporciones económicas, estructurándolos por castas y status, y que se note el verdadero poder adquisitivo de unos pocos, frente a la dificultad económica de otros muchos -«esos que no pagan hipotecas»-, con la Federación de Servicios Públicos de la UGT no cuente; es más si por casualidad fuera una cuestión de desconocimiento por su parte o de una información deficiente por parte del consejero, yo se lo aclaro: «no existe hospital que reduzca sus listas de espera, sin el trabajo multidisciplinar, cuantificado en mayor o menor medida de todos los trabajadores», lo demás es sólo cuestión de privilegios.