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Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

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LA GUARDIA Civil lanza en Guipúzcoa una operación contra ETA, el Tribunal Supremo reitera que hablar con Batasuna no es delito y los servicios jurídicos del Estado aceleran su estudio del nuevo partido inscrito por la coalición abertzale, para ilegalizarlo (supuestamente/seguramente). Es la crónica abreviada de ayer en el País Vasco. El presidente del Gobierno había dicho anteanoche por televisión, y ante una audiencia multimillonaria, que «nadie se va a presentar a las elecciones municipales si no cumple al pie de la letra la Ley de Partidos». No es, pues, extraño que las coincidencias entre Batasuna y Abertzale Sozialisten Batasuna (la formación inscrita anteayer en el registro de Interior por algunos miembros de la dirección radical abertzale) levantase instantáneas sosp echas en el Gobierno, que envió el asunto a la Abogacía del Estado y a la Fiscalía General. El Tribunal Supremo rechazaba un recurso de súplica de Manos Limpias reafirmándose en su tesis recurrida de que hablar con Batasuna no es delito, con lo que se ven liberados de cualquier indicio de culpa el Gobierno del Estado, con su presidente a la cabeza, y los militantes/dirigentes socialistas de Euskadi que habían dialogado con Otegi y otros en Donosti. Pero una cosa es que Batasuna pueda hablar con todo el mundo, o viceversa, y otra que a la coalición filoetarra le autorice la Ley de Partidos a presentarse, por sí misma o por sucedáneos reemplazantes, a las elecciones. Los líderes de la izquierda abertzale han entregado una pieza en el tablero del ajedrez electoral para despejar a otras el camino. Reiteraba anteanoche Zapatero que la Ley de Partidos va a cumplirse al pie de la letra. Hasta en el último tramo de toda lucha antiterrorista, cuando se dialoga sobre tratamiento penitenciario y reinserción social de presos, a corto, medio y largo plazo, según la gravedad de los delitos, el Estado no renuncia a la vigilancia y persecución del terrorismo, por lo que la operación lanzada ayer por la Guardia Civil, con la detención inicial en Andoaín de un miembro presuntamente «liberado» de ETA, José Ángel Lerín, y alguna otra persona, o más, no debiera sorprender a nadie, pues tan normal es encarcelar terroristas como indagar en sus escondrijos por si se atisba algún deseo de renuncia al terrorismo, ya que todo lo que comienza, acaba, y ETA sabe que su fecha de caducidad está muy cerca, por mucha eficacia asesina que puedan conservar sus comandos. La impresión que transmiten a la sociedad estas detenciones es que el Estado mantiene intacta su capacidad defensiva y ofensiva ante el último terrorismo de la UE cuando hasta el protestante Paisley, más intolerante que reverendo, y el católico Gerry Adams, más amigo del IRA que de la Iglesia, se han puesto de acuerdo para gobernar juntos el sufridísimo Ulster a partir de mayo.

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