Diario de León

DESDE LA CORTE

En busca del informe fantasma

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FERNANDO ÓNEGA
León

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LA NO-DECLARACIÓN del señor Díaz de Mera en el juicio del 11-M es mucho más que un episodio personal. Si sólo fuera un episodio personal, pagaba la multa que le impuso el juez, hacía frente al posible proceso penal, y asunto concluido. Pero don Agustín Díaz de Mera fue director general de la Policía. Como tal, tuvo más información que la mayoría de los ciudadanos mejor documentados sobre aquella matanza. Y por esa razón fue entrevistado en la Cope y dijo lo que dijo: que había un documento con datos relevantes y significativos de la participación de ETA. Según esa revelación, sería un papel destruido por los socialistas, ocultado a la Justicia y sabe Dios cuántas cosas más. Como digo, esa confesión no fue hecha por un ciudadano corriente, sino por quien había tenido responsabilidades en la seguridad del Estado y está acostumbrado a medir sus palabras. Tuvo efectos sobre el clima político del país, porque fue una de las bases en que se sustentó la tesis de la conspiración que, a su vez, sirvió para sembrar dudas sobre la legitimidad de las elecciones del 14 de marzo. De hecho, el Partido Popular nunca terminó de desechar esas dudas. No hace tantas semanas que Eduardo Zaplana seguía confesando no tener la seguridad de la autoría islamista exclusiva. Pues bien, señores del Partido Popular: éste es el momento de poner sobre la mesa, en la sala del juicio, todo lo que saben, con sus pruebas, sus documentos y sus testigos. No habrá otra oportunidad mejor. Y no vale argumentar razones éticas para el silencio. La más alta razón ética es colaborar con la Justicia en tema tan trascendente. Tampoco vale alegar la seguridad de «un honesto policía»: la Justicia tiene mecanismos para garantizar la integridad de un testigo, y el juez se los ofreció. Estamos, por tanto, ante una grave responsabilidad en la que debiera intervenir la autoridad de Mariano Rajoy para algo más que opinar que Díaz de Mera «tiene que atender a los requerimientos». Está en juego aclarar los puntos oscuros que se mantienen vivos a pesar del tiempo transcurrido. Si se sigue negando la información y su fuente, el Partido Popular y algunos de sus líderes quedarán como fabricantes de una nebulosa. Serán juzgados por el futuro como unos señores que lanzaron insidias que no pudieron sostener, o que mantuvieron sólo para discutir el resultado de las elecciones. Y, respecto a Díaz de Mera, supongo que habrá tomado nota de algunas interpretaciones de su gesto: se empieza a pensar que ha inventado o exagerado su aportación a la teoría de la conspiración. Y esto es triste para un representante de España en Europa; y muy triste para un partido que dentro de un año o de cinco años nos volverá a gobernar.

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