Autobuses y discapacitados
Hum o, pero humo contaminado Permítame una vez mas hacer una réplica al artículo de una periodista de su periódico. Con leonesas como la titular de dicho artículo (Verónica Viñas) no vamos a ninguna parte: Hay personas que ven el vaso medio vacío o medio lleno, influenciadas por sus sentimientos, amistades o fobias. Si unimos cierto resentimiento contenido, tenemos la imagen de ciertas personas que, es mi opinión, no están capacitadas para informar con objetividad. Apertura de la Ruta Romana: efectivamente es sólo el principio de una ruta que se está enriqueciendo día a día, como así lo manifestó el alcalde y como así ocurre en el comienzo de todos los proyectos de este tipo: museos, galerías, que se van nutriendo con el tiempo. Y ella lo sabe. Habla de humo. ¿Se refiere a la joya de la cripta de Puerta Obispo?. ¿Es humo la cripta de Cascalerías o la muralla Tardorromana? ¿Es humo la muralla Altoimperial?. ¿Es humo el canal hidráulico del jardín de El Cid? ¿Son humo los ladrillos romanos que llevan la auténtica señal de la Legio VII? ¿O es que los leoneses no merecen ver estas riquezas arqueológicas y que auténticos profesionales les glose la rica historia de León, les enseñe su patrimonio y disfruten con ello? Hablando de ladrillos. En qué quedamos ¿Son humo, o son tan extraordinarios, como ella afirma, que se duele por su exposición al público? Sigo: ¿Hacemos también una copia del canal del jardín de El Cid que llevan años y años expuestos al público y no se han deteriorado? ¿O del depósito romano de agua de San Pedro? ¿En qué quedamos, todo virtual o todo auténtico? O sea: dime qué haces que te critico. El subconsciente le traiciona, valora los restos y porque se exponen al público y afirma: campaña electoral. ¿Será que no le gusta que sea ésta Corporación la que esté haciendo esfuerzos ingentes para dar a conocer nuestro patrimonio? Habla de carencias: De acuerdo, es tanta nuestra riqueza patrimonial que faltan muchas cosas por incorporar y tenemos tanta ambición que por muchas que rehabilitemos y saquemos a la luz, siempre existirán vestigios por descubrir. Pero hay uno que ya debería estar a la vista de los leoneses: Los Principia, cuartel general de la Legio. Gracias a la intervención de este alcalde, aunque le duela, se han salvado de una destrucción u ocultación. Le recuerdo a la desmemoriada periodista que la corporación socialista había concedido la licencia de construcción sobre el solar y fue Mario Amilivia quien la paralizó para salvar los Principia aunque nos haya costado un litigio que se resolverá en los juzgados. Una última consideración: La soledad del alcalde se tradujo en un acompañamiento de 50 ó 60 leoneses. ¿Hasta eso le incomodó? Carmen Santos (Jefa de gabinete de la Alcaldía). «El Rincón de Julia» responde Hay un dicho castizo que reza así: «Donde pago, me ....». Recientemente, nueve personas que acudieron al restaurante que gerenciamos mi madre y yo en San Miguel del Camino intentaron «mejorarlo» aún. Aparecieron a las tres del mediodía de hace un par de semanas a comer. El restaurante estaba lleno y, en efecto, ése fue nuestro gran error, tardamos en llevarles los segundos platos, aunque no mucho más de lo normal un domingo en cualquier restaurante. Tanto la camarera como yo les pedimos disculpas por el retraso, pero el gusano del abuso había germinado ya en el interior de algunos de los comensales. C omo cuando un avión entra en barrena, el tono de voz de algunos (más bien algunas) de los miembros del grupete comenzó a elevarse y los insultos asomaron a sus gargantas. Reiteradas una y otra vez nuestras disculpas, de nada sirvió. No entendíamos nada hasta que escuchamos la frase mágica a voz en grito: «Mira guapa, afina la cuenta porque no te vamos a pagar». Aquí aparecía el fondo de la cuestión, el motivo de esa sorprendente e injustificada desazón que nacía y crecía frente a nuestras estupefactas caras. Tras el follón y a regañadientes, arrojaron con desprecio una cuarta parte de la cuenta real al suelo mientras se marchaban con la cabeza bien alta. Como pareciendo dignos. Nunca en diez años que llevamos en el negocio habíamos presenciado algo así. El resto de clientes del salón nos apoyaron con cariño durante todos los actos de la obra, y también después. Algunos se ofrecieron, incluso, a firmar debajo del escrito que ahora pueden leer. Nuestro agradecimiento de corazón a todos ellos. Nuestra compasión para aquellos nueve jinetes que montaron en el caballo de la inquina y dejaron pelos (pocos) en la gatera. Marta Fernández Nicolás ( El Rincón de Julia ). Luis (León; edición digital).