LA VELETA
Zarabanda nacional
EL FORO de Ermua denuncia a Ibarretxe, que ni se inmuta. El PNV jalea a Ibarretxe, y el Foro de Ermua se jalea a sí mismo, hasta que un forista -héroe para los suyos y provocador para el Gobierno vasco- sale herido en mala parte. Arnaldo Otegi, mientras tanto, es conducido en avión a la Audiencia Nacional, pero el Fiscal no le acusa y el café sale aguado. Y así, mientras Otegi se va para casa, la AVT se querella contra el Fiscal, aunque el ministro de Justicia cree que los verdaderos artistas son los togados de la Audiencia Nacional y del TSJ de Bilbao. Como antecedentes de esta trifulca, los dirigentes del PP creen que Rubalcaba invade el terreno de la Justicia y libera por su cuenta a De Juana Chaos, mientras que Zapatero considera que el PP se comporta como un partido antisistema. Y este es el momento que elige Rajoy para denunciar la venta de Navarra a Batasuna y del Estado a ETA, y se planta en Madrid y Pamplona con sendas manifestaciones. Harto de tanto lío, el presidente de Prisa denuncia la dificultad que supone ser neutral en un escenario irracional, momento en el que nos enteramos en provincias de que el PSOE también boicotea a Tele-Madrid. Y es en este punto cuando llegan los batasunos y presentan el partido Abertzalen Sozialisten Batasuna, que obliga al PP y al PSOE a un nuevo asalto -¡fascista tu, etarra tú!- mientras encargan al fiscal y a los jueces que gobiernen. Pero los ciudadanos no pueden seguir el juego, porque E.On, la alemana, y Enel, la italiana, deciden denunciarse mutuamente para controlar Endesa, la española, mientras Gas Natural, la catalana, empieza a pensar en denunciar a las tres por pactos fraudulentos. En estas estábamos cuando vuelve ERC con su propuesta soberanista un poco amontillada, mientras un ciudadano le pregunta al presidente José Luis Rodríguez Zapatero lo que yo le pregunto al camarero: «¿cuánto vale este café?». Y es entonces cuando, para derivar la atención del precio del café, el ex director de la Policía, Díaz de Mera, restaura de un plumazo y a favor de parte la teoría de la conspiración del 11-M, aunque sin desvelar su fuente -¡vaya rostro!- y escudándose en su condición de aforado -¡vaya cobardía!-. ¿La explicación? Que en una España carente de cultura política, de fuste profesional y de pundonor ciudadano, todo el mundo pretende arreglar «lo suyo» mediante el recurso fraudulento al Derecho Penal, en un camino alocado que es auspiciado por las instituciones, y con la colaboración de unos jueces y fiscales a los que les gusta más el protagonismo que comer con los dedos. Por eso creo que este país no tendrá arreglo hasta que una monumental crisis nos obligue a poner las cosas en su sitio. Y cuanto antes mejor.