Autobuses nuevos, ¿para qué?
La Semana Santa y la obra de Amado Estamos en Semana Santa y tenemos el deseo de volver a procesionar por las calles de León. Lo primero es pedir que este año la lluvia no aparezca y nos deje sacar los pasos para que puedan ser admirados. Pasos y arte que después volverán en su mayoría a los pesebres del mercado. Y es que mucho de interés turístico internacional pero si viene algún director de museo de fuera al preguntar dónde se guarda el patrimonio y Cristos o Vírgenes le enseñamos el mercado, con el balido de las ovejas o el mugir de las vacas. Pero bueno, 33 años antes de crucificarle, cuando era el Niño Jesús nació en el pesebre, con la mula, las cabras, ovejas y la madre que parió a los bichos. Por favor, a quien corresponda, que haga algo ya. No es lugar para tener un arte como el que tenemos en las cofradías tirado de mala manera. También deberían las cofradías preocuparse más de lo que tienen y no tener obras hechas no hace mucho, 30 años dejadas así sin más. Hace dos años, dos Cristos fueron retocados por el propio escultor que los hizo hace poco más de 30 años. La copa del Cristo de los Balderas y el Cristo de la Agonía de Minerva. Al de los Balderas una simple capa de cera y al de la Agonía una nueva pátina, porque ambos daban pena, ya ven, con un trabajo sencillo la cosa cambió. Pero dentro de 30 años si se sigue uno dejando las cosas así estarán otra vez de pena. Por cierto que ese escultor está vivo y es leonés. De Santovenia del Monte. Igual a alguien le suena un tal Amado Fernández. A mí sí. Un hombre, escultor que poca gente sabe que está. Con obras en Río de Janeiro, Madrid, Bilbao, Asturias y en León. Pero nadie es profeta en su tierra. nadie ha reconocido hasta hoy el trabajo de una persona que es minusválida desde los dos años, que le ha echado un par de lo que ponen las gallinas a la vida. Como si no. Algunos se limitan a la palmadita en la espalda, y otros lo despachan con notas de «agradecimiento» que provocan diarrea sólo con pensarlo. Si fuera Gregorio Fernández sería otra cosa, pero claro, es Amado. La esfera del Reloj de la Catedral, la copia del Cristo de los Balderas de las Siete Palabras, Cristo de la Agonía de Minerva, Madre de la Paz del Perdón, los tronos en Minerva son algunas de sus obras. Alguien pensará qué tengo yo que ver. Bastante. Amado Fernández es mi padre y duele y repatea que nadie le haya reconocido su labor. Y lo máximo es que obras que él hizo como La Madre de La Paz estén ahora pintadas como una porquería. Todo por dejarlas en manos muy «expertas». Por cierto, que alguien quedó en llevar la imagen a casa de Amado en el mes de mayo del 2005 y hasta hoy. Deseo que esta Semana Santa todo salga bien a todas las cofradías y que puedan desfilar con la seriedad de todos los años. Y sobre lo otro quién se dé por aludido por algo será. Es la verdad, a mi padre, en general le han tratado de cualquier manera. Y eso duele y da asco. Más cuando no es un cualquiera en la Semana Santa. Roberto Fernández González (Villanueva del Árbol). Luis (En la edición digital diarioeleon.es).