La ONU y Darfur

LA ASAMBLEA General, en su resolución 60/251, estableció el año pasado el Consejo de Derechos Humanos que se acaba de reunir en su 4ª sesión para tratar el genocidio de Darfur (200 mil muertos y 2 millones de refugiados en Chad), para decidir una línea de acción humanitaria que detenga esta masacre a la que asiste impertérrita la comunidad internacional. El mal ya está hecho, pero si el nuevo organismo de la ONU busca una misión, ahí la tiene. Por lo de pronto no se sabe que van a hacer para obligar al Gobierno de Sudan a imponerse a las milicias rebeldes responsables de masacrar a la población sudanesa en la región de Darfur. La UE y EE.UU. han intentado ejercer presiones al régimen de Jartum pero con pocos resultados. Ahora se están pidiendo medidas de mayor fuerza, como la intervención de las cuentas en paraísos fiscales de las empresas sudanesas que son la pantalla para financiar las milicias responsables del genocidio. También se propone que el Tribunal Penal Internacional acuse a los ministros contra quienes se han presentado pruebas exhaustivas por crímenes de guerra y contra la Humanidad. La implicación gubernamental en el genocidio es tan clara que ha llevado al presidente sudanés Omar Bashir, a escribir una carta al nuevo Secretario General de la ONU Ban Ki-Moon, recordándole que no autoriza el despliegue en Darfur de una fuerza de la Unión Africana para restablecer el orden en apoyo de la población masacrada, como misión internacional de la ONU. Así pues, la situación en Darfur es ya insostenible, después de haber intentado toda clase de medidas diplomáticas de carácter «blando»; el propio Chris Patten, ex comisario europeo de relaciones exteriores, propone sanciones mas «duras» a Sudan que pueden llagar al bloqueo político, financiero y militar del régimen sudanés. Algo parecido a lo que se izo con Irak en tiempos de Sadam. No olvidemos que Sudan es un país productor de petróleo.