Ermua como síntoma
LO OCURRIDO en Ermua, muy lamentable, viene a poner de manifiesto que la crispación política, que los profesionales de la cosa pública no han sabido gestionar ni mitigar -el ambiente político de esta legislatura está endiabladamente tenso e irrespirable-, se está contagiando a la ciudadanía. La moción aprobada por el Ayuntamiento de Ermua después de una recogida de firmas en el sentido de instar al Foro de Ermua que cambie de nombre porque dicha organización se dedica a «criminalizar el diálogo y la pluralidad» es el primer fruto de esta situación, ante la que deberíamos reaccionar con firmeza y sensatez. Esta es una situación que alienta la radicalización del nacionalismo y que favorece, sin duda, los designios de la banda terrorista ETA.