FRONTERIZOS
Chapitô
EL ACENTO circunflejo de su nombre es una referencia a su vinculación original con el mundo del circo. Tiene su sede en la Costa do Castelo, una de las principales calles que desembocan en el castillo de San Jorge de Lisboa. Sus amplias instalaciones rodean un patio soleado desde el que se contempla una hermosa vista sobre los tejados de la Alfama con la mágica luz del Tajo al fondo. Aquí se puede comer o tomar una copa tranquila tras dejar atrás el bullicio turístico de la fortaleza lisboeta. Pero Chapitô no es un restaurante más o un local de moda de la capital portuguesa. Desde hace un cuarto de siglo, se ha convertido en uno de los proyectos sociales y artísticos más curiosos y sobresalientes del país vecino. Combinando el trabajo de atención social a jóvenes procedentes de familias desestructuradas con la formación en el campo artístico, el proyecto Chapitô mantiene actualmente acuerdos de colaboración con cinco ministerios, integra un equipo de más de un centenar de trabajadores, programa una encantadora sala teatral con forma de carpa circense que tiene un porcentaje de ocupación de prácticamente el cien por ciento, ofrece decenas de cursos para los vecinos de la zona, dispone de guardería, biblioteca y un nutrido grupo de animadores y profesionales en el campo de la atención social, realiza conciertos y diversas actividades artísticas en su café y es sede de uno de los grupos teatrales más originales surgidos en los últimos tiempos en Portugal. Descubierta hace un par de años en la Feria de Ciudad Rodrigo, la Companhia do Chapitô desarrolla un atractivo trabajo de teatro de gesto de corte humorístico sobre grandes textos clásicos occidentales. Aunque menos de lo que quisieran por sus obligaciones con ese espacio, el grupo ha empezado a girar por España con su divertida versión bíblica, un poco a lo Monty Python, titulada O grande criador. Si se acercan por Lisboa, párense en su sede: mantiene todavía el espíritu del 25 de abril.