Cerrar
Publicado por
RAMÓN PERNAS
León

Creado:

Actualizado:

EN OCASIONES me conmuevo mirando mas allá de la representación icónica que la imaginería religiosa depositó en las iglesias del universo católico. Los templos son lugares propicios para la reflexión, el recogimiento y el reconocimiento estético de una tradición que nos ha dejado testimonios en los altares, en las capillas, en los santos, vírgenes y Cristos que ilustran las páginas visuales de la historia sagrada, de la historia religiosa que ha sentado la bases de nuestra cultura occidental. Acaso esta colaboración coincida con el tiempo que vivimos, con los días de la semana de Pasión que me inclinan a contemplar con otros ojos los santos dispuestos para el desfile procesional, cuando, -acontece una vez cada año- salen a la calle para mezclarse con la parroquia de curiosos y devotos que tiene en la fe popular un soporte para sus vidas. Estaba en Viveiro, Lugo, viendo la imagen de la Piedad, salida de la gubia del escultor compostelano José Rivas y me doy cuenta de todo el dolor, del insoportable dolor que anida en el pecho de una madre que tiene entre sus brazos el cuerpo de su hijo muerto, de su hijo asesinado. Y yo veo a una madre iraquí abrazando a su hijo que yace en sus brazos, y recuerdo una vieja fotografía de una madre luguesa que rodea en un postrer abrazo el ataúd de su hijo, guardia civil asesinado por ETA en el País Vasco, y no escribo demagogia donde sólo quiero decir piedad, y por mi retina van pasando como en una cinta continua, como en una cinta sin fin todos los muchachos muertos, los cincuenta y dos rapaces y rapazas gallegos que se matan en accidentes de automóvil cada fin de semana, todos los fines de semana del año, e imagino, no, no quiero imaginar, a sus madres rodeando amorosamenrte con sus brazos el cadáver, los cadáveres de sus hijos. No tengo a mano el diccionario de la Academia, no abro Google para leer el significado de la voz piedad porque se muy bien que quiere decir, conozco su significado preciso, me consta que es el mas generoso de los sentimientos, uno de los escasos sentimientos que engrandece la condición humana. He sido testigo de cómo brotan los sentimientos piadosos en las personas. Por eso me emociono, con una emoción antigua yo diría que genética, cuando en la iconografía de la pasión me vuelvo a sentir pueblo y cada paso, cada grupo escultórico, me vuelve a sorprender desoyendo el redoble de los tambores y quedandome conmigo mismo desnudándome de razones para sentirme solo, frente a frente con las emociónes primeras. La Piedad ilustra toda mi educación sentimental, despierta sentimientos que yo estimaba archivados, me devuelve las miserias y me hace recuperar la grandeza de al menos una vez cada año sentirme piadoso y notar como propio todo el dolor ajeno representado en la tragedia de un asesinato que cambió el curso de la historia.