Los pavos de La Candamia
El hospital del Bierzo, incomunicado Tal vez el problema de falta de camas que afecta al hospital El Bierzo se palíe ahora con la dificultad de llegar en transporte público hasta sus inmediaciones. Sirva la ironía para dispersar la impotencia de los trabajadores del hospital que desde que el Ayuntamiento ha cambiado la flota de autobuses urbanos y la empresa que gestiona tal servicio público, no pueden llegar a su hora al trabajo y en lo que va de semana, para volver a su domicilio están tardando más de una hora para un recorrido de 6 Km. Cuando en el año 1995 se inauguró el nuevo hospital, construido en el barrio de Fuentesnuevas, la compensación que obtuvieron los trabajadores por el traslado de su puesto de trabajo fuera del casco urbano de la ciudad fue el acuerdo: Empresa-Ayuntamiento-Gerencia del Hospital, de que un autobús recorriera en sentido longitudinal la ciudad y llevaría a los trabajadores al hospital en los turnos de trabajo y esperaría un cuarto de hora a los que acababan su jornada para devolverlos a las paradas oficiales más cercanas a sus domicilios (al mismo tiempo recogía otros usuarios no vinculados al hospital). Los flamantes autobuses de color naranja que han empezado a circular por Ponferrada el día 26 de marzo no tienen previsto cubrir este servicio y el personal del hospital subsidiario de transporte público no tiene autobús para llegar a la hora al hospital ni para volver a su casa. Interpelada la empresa por varias usuarias se les ha contestado: La empresa ofrece un servicio público y no puede dedicarse a atender a un colectivo minoritario. El minoritario colectivo de trabajadores del hospital es de alrededor de 1.000 personas. Y ahora ¿quién se hace responsable de este despropósito? Entretanto, algunos trabajadores se desesperan en las paradas del autobús para acabar llegando tarde, otros dependen de sus familiares u otros compañeros que utilizan sus coches privados para llegar al trabajo y nadie responde al acuerdo de 1995. Los autobuses urbanos son para satisfacer las necesidades del transporte de los ciudadanos y de los colectivos en los que se desarrollan sus funciones ciudadanas ¿O no? M.ª Antonia Jarcés García y 35 firmas más (Ponferrada) . Alternancia sí, pero con dignidad A la vista de los acontecimientos y al preguntarnos quién ha de llevarse más votos a las urnas, a uno le cabe preguntarse dónde están los límites. Los ciudadanos aceptamos alternancia en el poder, pero queremos que esta alternancia se materialice con dignidad, salvaguardando en primer lugar la democracia. Y una democracia digna es la que no rechaza al que piensa diferente a mis intereses. Una democracia digna es la que respeta el orden político establecido en las urnas. Los errores se pagan en votos. En democracia no vale preguntarse si el elegido lo merece o no. Ha sido el más votado. La próxima vez «Dios dirá». Y los votos varían en función de los errores. Los partidos políticos entrarán en el juego «del despiste» haciendo los sesos agua a las mentes pensantes: «Que si son galgos o son podencos» cuando creo que, en este caso, lo importante no es llegar, sino, cómo se llega. «Sin duda es más fácil embaucar a una multitud que a un solo hombre». Herodoto. M.ª Luz García García (Veguellina de Órbigo). Jonathan (León; edición digital).