La economía va como un tiro

EL PRESIDENTE Rodríguez Zapatero ha tenido ayer, para celebrar el tercer año triunfal, una sesión de autobombo en la Bolsa con la disculpa de hablar de economía. Va como un cañón. La economía española, se entiende. Va a crecer más de lo previsto, la bonanza es imprevisible y se están creando tantos puestos de trabajo que a este paso vamos a tener que hacer doblete para ocuparlos todos. Ayer el presidente Zapatero se ha lucido con un discurso triunfalista, que es lo que se espera de un presidente cuando los tiempos no le son propicios y que es lo que más le agradecen los grandes banqueros, los grandes expertos en la materia y los organismos internacionales. Así pues, la economía de España va como un tiro. Otra cosa es la economía de los españoles. Por muchos mensajes victoriosos que lance el presidente, la cosa va como va; es decir, bastante ajustada. Porque quienes saben realmente cómo está la situación al nivel en que nos movemos la generalidad del país no son ni el presidente del Gobierno ni siquiera el del Banco de España. Para saber si realmente la cosa va tan bien como dicen, tampoco es necesario irse muy lejos. No hay más que preguntarles a los de Muxía por sus expectativas de futuro. Se le echarán a llorar. O interesarse por las economías de los pescadores de Corme y Portonovo. O preguntarles a los jubilados de O Barco, a los jóvenes de Viveiro, a los empresarios de Pontevedra y a los transportistas del Barbanza. Y pueden preguntarles también si la economía española va como un tiro a esos 500.000 gallegos que hacen maravillas para poder comer a fin de mes. O a los productores de leche que han logrado sobrevivir en este país noso y que tienen que dominar la geometría diferencial para desayunar todos los días. Porque una cosa es el producto interior bruto, la productividad, los máximos históricos, el déficit exterior, la solidez fiscal y el desarrollo sostenible, de lo que sabe mucho el presidente Zapatero, y otra muy diferente es el precio de la vivienda, el del pan, el del butano y el de los libros de texto, de lo que sabe más la señora Josefa. Que las pasa canutas para llegar a fin de mes. Y eso sí que es economía.