EL BALCÓN DEL PUEBLO
Ojo avizor
AL FINAL salvaron los muebles. Hoy finaliza en San Isidro la segunda mejor temporada blanca de su historia por el número de esquiadores. Y a la hora de echar el cerrojo es inevitable levantar la mirada hacia San Glorio. De estar construida la estación todavía serían posibles dos o tres semanas más de ocio y de negocio. Lo rotundizan los expertos, no yo, que sólo me puse una vez los esquíes y me llevé una inmensa costalada. Los técnicos aseguran que San Glorio, por su altitud y la orientación de las pistas, permite que la nieve se mantenga más tiempo. Al hilo de estos apuntes conviene recordar otra vez, aún a riesgo de pesadez, que hay que mantener la vigilancia sobre un proyecto que está siendo manipulado por el consejero de Medio Ambiente y presidente del PP de Palencia, Carlos Fernández Carriedo, en detrimento de los intereses de la montaña oriental leonesa. Si la estación va a tener más del 90% de las pistas esquiables en la provincia de León, deben ser los pueblos leoneses que aportan esos terrenos los que se beneficien de las infraestructuras y, por supuesto, del turismo, con previsiones tasadas y claras desde el primer momento. Sin margen para las ambigüedades y manipulaciones de un consejero de Medio Ambiente. Fernández Carriedo ya ha dejado claro en Las Navas del Marqués, en Ávila, o en Soria, su capacidad para retorcer los criterios medioambientales. En el caso de San Glorio, paró primero el proyecto inicial con la excusa de que tocaba el parque de Fuentes Carrionas. Y cuando consiguió colar el impacto medioambiental que afectaba a ese parque palentino, se colocan allí el mejor acceso y el mayor número de aparcamientos para la estación de esquí por arte de birlibirloque o de prestidigitador. Y si en la montaña oriental leonesa han de seguir con ojo avizor mirando por su futuro, no menos atentos han de estar los responsables del censo electoral de cara al listado para las municipales del 27-M. No paran de producirse escándalos, más o menos localizados, referentes a la intentona de conseguir votos sin el mínimo escrúpulo. El caso de los impresos para el voto por correo de Melilla, y otros que se van conociendo, tratan de engordar su opción política con el voto de ausentes, de ancianos internados en residencias de la tercera edad, incluso de presos en las cárceles. Son votos que habitualmente se incluyen dentro de la abstención técnica, dado que sus titulares no se preocupan, no pueden o no quieren ejercer su derecho. Para ello es necesario contar siempre, por supuesto, con complicidades de funcionarios, de responsables de residencias y otras negruras. Estas martingalas sólo se le pueden ocurrir a gentes que únicamente ven en las elecciones la manera de ganar o de mantenerse en el poder. Es decir, de gentes que tienen un concepto puramente instrumental de las elecciones. Yo he conocido algún leonés que las practicó en otro tiempo. Sin embargo las elecciones, antes que eso, son la expresión de la voluntad popular, que debe ser respetada por encima de todo: cuando favorece y cuando perjudica. En resumen: quien se dedica a obtener votos de contrabando tiene muy poco de demócrata.