Infortunios

EL ALCALDE de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, soporta estoicamente el infortunio de que una de sus grandes obras, el túnel de la M-30 inaugurado hace tres meses, amaneciese ayer como un subterráneo navegable, originando atascos kilométricos y la desesperación de los usuarios, la mayoría de los cuales está inscrita en el censo electoral. Y como las elecciones municipales se celebrarán el próximo 27 de mayo, el candidato socialista, Miguel Sebastián, se apresuró a decir que la inundación del túnel es una razón más para que los madrileños apuesten por el cambio. Y por si ese argumento no fuera suficiente, al aspirante se le inflamó la glándula del dinamismo político y exigió al titular de la alcaldía explicaciones inmediatas sobre las causas de la calamidad y una auditoría que aclare cómo se han ejecutado las obras. Mientras en el subsuelo de Madrid sufría ayer un tropiezo una de las obras faraónicas de Ruiz-Gallardón, que desea pasar a la historia como el alcalde que ha hecho de la capital una ciudad supermoderna, en la superficie recaía más o menos directamente sobre el candidato socialista una denuncia del PP contra el Gobierno por delitos varios como tráfico de influencias, abuso de poder, uso de información privilegiada, cohecho, interferencia en la batalla de las opas sobre Endesa... Y es que Miguel Sebastián ha estado al frente hasta hace pocos meses de la Oficina Económica de la presidencia, y el ya dimitido presidente de la CNMV, Manuel Conthe, sugirió en el Congreso que esa Oficina podría haber presionado al organismo que él presidía. Como Sebastián parece un hombre de inteligencia flexible, dicho sea en el buen sentido de la palabra, su primera reacción a las insinuaciones de Conthe ha sido la de subrayar cierta incoherencia en la actitud del insinuador, calificando de error su nombramiento como presidente de la CNMV, lo que podría ser tan cierto como la puya que, de paso, le clavaba al vicepresidente Solbes, que fue quien lo nombró. Conthe ha dejado en mal lugar, o en peor del que estaba, a la CNMV, y Sebastián le aconseja que no haga política en ese terreno y que haga como él, política activa y que se presente a las elecciones por el PP, naturalmente, que es el partido que le apoya y le jalea. Nada va a ocurrir de ahora al 27 de mayo que no tenga influencia en las elecciones o que no se utilice por los partidos para atacarse. Pero el asunto de la CNMV y el Gobierno no es una broma, sino algo que en Bruselas estudia la Comisión Europea, y tampoco despierta risas la inundación de un túnel a los tres meses de su inauguración. Tal vez pensaban las constructoras que el cambio climático iba en serio y que en el mes de abril no iba a llover este año como venía lloviendo desde antes del neolítico, cuando se trabaja la cerámica con el mismo primor que ahora.