Diario de León

HISTORIAS DEL REINO

Villalar, esa chapuza infecta

Publicado por
MARGARITA TORRES
León

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AUNQUE comparto esa opinión, como la mayoría de los leoneses, el titular nos lo regaló Federico Jiménez Losantos en su programa matutino de la Cadena Cope el pasado jueves 26 de abril. Entrevistaba el periodista a Mario Amilivia y, con ese carácter suyo polémico, el de Federico, quiso desequilibrar la defensa de su tierra que realizaba a la sazón el señor alcalde. Aunque al final le saliera el tiro por la culata, Jiménez Losantos exponía lo que creía verdades absolutas para provocar a Amilivia como representante no del Partido Popular sino de lo leonés, que tanta urticaria parece causarle, quizás por ser la patria chica de José Luis Rodríguez Zapatero. Buscaba el turolense silenciar las razones de la reivindicación del pasado leonés y de su historia, a las que consideraba envidiosas de Valladolid y lo castellano, primando las glorias de una Castilla irreal, hija del imaginario colectivo y la manipulación, a la que tanto daño hicieron algún historiador, trovadores de tercera y más de un político con afanes dictatoriales, la que reclama como fiesta mayor Villalar. A pesar de sus esfuerzos, a pesar de ese tonillo -ye el tonín-, en la refriega comunera entre Amilivia y Jiménez triunfó la razón del primero porque mil cien años de historia avalan mucho y la demagogia castellanista más bien poco, porque León hizo España, circunstancia que reconocieron ambos. Expuso el alcalde la posibilidad de conmemorar en la Comunidad Autónoma otros eventos más señeros, como la celebración de las Cortes leonesas de 1188, hito no sólo nuestro sino honra de España y la democracia incipiente en esa apertura medieval al pueblo; mencionó coronaciones leonesas, nunca castellanas, de «imperatores totitus Hispaniae», incluso prescindió de atacar a José Luis Rodríguez Zapatero cuando Federico le metió el dedo en el ojo político para que saltase con duras críticas a la persona. Amilivia recordó sus vivencias comunes y se apartó de las actuales, pues faltaría más, pero no cargó las tintas sobre la diana de todos los blancos losantianos. Terminaba la entrevista cuando, quizás convencido, tal vez arrastrado por las verdades como puños expuestas, el de la Cope aceptó que la celebración de Villalar era una «chapuza infecta». Espero que Juan Vicente Herrera et aliens -que no alii-, recapaciten. Con la historia real, no inventada, somos grandes, tenemos un pasado envidiable, no vivimos sobre mentiras politizadas o trovas pagadas con maravedíes. Algo se mueve en León, algo tiembla en esta comunidad y en España. Las bases inmovilistas de muchas falacias parecen resquebrajarse por fin: Amilivia defiende León, Pacofer propone un Instituto «Reino de León» que reivindique nuestros valores, otros llevamos años luchando para devolver el honor a nuestro ayer y no faltan quienes alcen la bandera púrpura desde otros medios, la misma que diez mil ciudadanos exhibieron por las calles el 22. Cuentan que en Villalar alguien oyó decir a un prócer burgalés que la manifa de León del día anterior representaba 10.000 razones por las que se estaban equivocando con nosotros. A buenas horas, Sancho. Ten cuidado, que cuando los leoneses se cabrean, tiemblan los cimientos hasta del califato de Córdoba.

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